El Iberostar Tenerife confirmó su presencia en la Copa del Rey por la puerta grande, jugando con estilo, con tranquilidad y consciente de que el encuentro dura cuarenta minutos. Los tinerfeños esperaron al inicio del tercer cuarto para marcar diferencia, pero en esta ocasión "ayudados" por un Montakit Fuenlabrada que, si en los dos primeros cuartos vio aro con facilidad, encontró muy pequeña la canasta en los dos últimos.

La participación para el torneo del KO estaba segura, pero hacía falta jugarse este encuentro y dejar muy claro que no solo quería estar en la Copa, sino que lo quería hacer como cabeza de serie.

Hay que señalar que a última hora se quedó fuera de la convocatoria el escolta alemán Lucca Staiger debido a un proceso gripal.

Regalo para la afición, para los jugadores y dejando claro que el Iberostar Tenerife está entre esos equipos que siempre lucharán por estar entre los ocho primeros de la tabla. Pero para ello no debe bajar los brazos en ningún momento y si es capaz de ganar partidos ante conjuntos de la Euroliga, también puede perder contra rivales de la zona baja, porque ya no hay equipos fáciles en esta Liga.

Ayer, contra el Montakit Fuenlabrada, el Iberostar Tenerife lo pasó mal en los dos primeros cuartos, porque el rival estaba crecido y con ilusión por sumar la victoria. Popovic no se escondía para tirar y del 15-15, once puntos eran del croata.

Partido muy vistoso y emocionante. Ninguno de los dos quería que su rival controlara el choque y por ello insistían en un trabajo de equipo.

Tras concluir el primer cuarto con un 27-23, el segundo fue muy similar al primero, aunque con un Txus Vidorreta muy conservador y sin arriesgar en sus planteamientos. Pocas rotaciones y teniendo en cancha a los hombres que mas podrían aportar al grupo.

El Fuenlabrada, aprovechándose de algunas dudas defensivas locales, logró darle la vuelta al marcador y ponerse por delante (33-34) tras un parcial de 0-7, pero la respuesta local sería inmediata y un 5-0 tras un triple de McFadden volvió a situar a los aurinegros por delante (35-34).

Se llegó al término del segundo cuarto con un 40-36 y aún todo por decidir entre dos conjuntos que habían planteado bien el partido y que buscaban ese triunfo necesario para sus aspiraciones futuras.

¿Y qué pasó en el tercer cuarto? Pues que el Iberostar Tenerife se "comió" a su rival a base de un juego coral y un gran acierto desde el exterior. Y es que de ese 40-36 con el que se llegó al descanso, se pasó a un 59-38 (min.27), un parcial de 19-2 para los aurinegros, que ya ponían tierra de por medio. El Fuenlabrada no anotaba, el aro se le hizo pequeño y eso ante un conjunto tan ambicioso como el Iberostar Tenerife se convirtió en una ventaja ya casi inalcanzable.

Davin White, Javier Beirán, McFadden, Iverson y Abromaitis encontraron canasta con facilidad, mientras que atrás se mantenían todos firmes.

Este excelente tercer cuarto del Iberostar Tenerife, que llegó a ponerse 23 puntos por arriba (63-40), concluyó con un contundente 64-47.

En el último cuarto fue un querer y no poder por parte del Fuenlabrada. Los tinerfeños, en este tramo final, mantuvieron su nivel y ofrecieron otros diez minutos de mucha calidad y acierto para terminar el choque con ese 96-65.