La derrota del Ramón de Carranza ha generado una auténtica tormenta en el seno del CD Tenerife, propiciando que quede atrás el sueño casi imposible de remontar puestos hacia el playoff. La realidad se impone. Eludir el descenso a Segunda B es ahora el único objetivo viable y obligado. Desde el pasado sábado, Miguel Concepción ha mantenido contactos con los responsables del área deportiva en los que ha insistido en que urge encontrar soluciones a los males del equipo.

La reacción observada con el estreno de Uros Racic y Borja Lasso, con una victoria y dos meritorios empates contra Málaga y Deportivo, se ha diluido y ha encendido las alarmas en las oficinas del Heliodoro Rodríguez López. Preocupa el nivel de juego del equipo en las áreas, donde sigue sin ser competitivo después de los refuerzos invernales. La falta de gol vuelve a penalizar en exceso al conjunto insular y se entiende, desde la cúpula de la entidad, que una mayor presencia cerca del área rival puede ayudar.

Nada indica que la continuidad del técnico valenciano esté en entredicho, pero a Oltra se le pide que tome decisiones, por contundentes que puedan parecer, para que el once de cada semana sea el más competitivo posible. La renovación, prevista para cuando la salvación estuviera encaminada, queda en entredicho.

La entidad ha aplazado la presencia de Víctor Moreno en los medios. Tampoco comparecerá en estos días el presidente, aunque podría reaparecer en público la próxima semana. Se busca también la manera de restar presión a futbolistas señalados como Dani Hernández y José Naranjo.

Por lo pronto, el de este viernes será un partido observado con lupa. Ganar al Mallorca permitiría sumar seis puntos consecutivos por primera vez en esta Liga, puesto que la siguiente jornada corresponde a la visita al ya expulsado Reus. Esto aliviaría la situación clasificatoria del Tenerife.