Iker Undabarrena volvía a tener el pasado fin de semana una oportunidad después de su titularidad ante el Córdoba. Como quiera que aquel partido se saldó con derrota y llevaba tres semanas sin jugar, salió con ganas pero presionado. Su ostracismo desde la llegada de Racic le ha pasado factura, pero él no se rinde y pide lo mismo para el equipo. Todo con el objetivo de eludir el descenso cuanto antes.

¿Qué tal los ánimos después del partido del pasado domingo?

Es verdad que después del partido la gente estaba un poco desanimada por el momento en el que encajamos el gol. Pero también éramos conscientes de que no habíamos hecho un buen partido y que el empate había que darlo hasta por bueno. El Numancia había sido mejor. Pero no nos queda otra que centrarnos ahora en trabajar y en el Alcorcón.

Fue un Tenerife irreconocible, muy inferior al rival.

Sabíamos que ellos querían el balón, que nos disputarían la posesión. Y no supimos cómo hacerles difícil la salida de balón ni sentirnos cómodos. Tampoco supimos reaccionar. Hay que ver los errores que cometimos, las cosas que hicimos mal y darle la vuelta.

¿Y qué se hizo mal?

Creo que no tuvimos las líneas juntas y eso dificulta la presión. Corrimos mucho, porque sí que corrimos, pero mal. En eso no hay ninguna pega, pero nos faltó hacer ayudas. Llegábamos un segundo tarde siempre y eso te mata contra un equipo así. En los últimos minutos sabíamos que nos iban a apretar por el 1-0 y tuvieron ese gol de estrategia que nos hizo mucho daño.

¿Es una prueba del mal momento del equipo o un partido que hay que analizar como algo aislado?

Creo que el equipo venía de mala racha de resultados, pero no de juego. Contra el Mallorca merecimos los tres puntos y los hubiéramos conseguido si no llega a ser por dos errores puntuales. El del otro día fue un palo duro porque era una buena oportunidad para mantener distancias con los de abajo. No tuvimos suerte.

¿Ha tenido algo que ver el parón en el mal rendimiento ante el Numancia?

El equipo ha entrenado bien. Incluso jugamos un partido entre nosotros el sábado anterior. No creo que se pueda achacar a eso porque la gente tiene ganas y entrena bien.

¿Le preocupa la situación viendo la clasificación y el calendario más próximo?

Claro que es preocupante. No queremos estar ahí. Y yo creo que tenemos nivel para estar mucho más arriba. De momento, los ánimos están bien e intentamos competir para ponérselo difícil al míster y ser mejores los fines de semana. Es verdad que la situación no es buena y la dinámica, tampoco.

¿Están pensando ya en salvar la categoría y que se acabe la temporada cuanto antes?

Sobre todo lo que no queremos es vernos ahí las últimas jornadas y jugarnos el descenso. Hay que salir lo antes posible de abajo, enganchando un par de victorias seguidas lo antes posible. De esa forma, el equipo cogería confianza y se atrevería a hacer más cosas. Estoy seguro que acabaríamos más arriba.

Hay cosas que pesan: no ganar dos partidos seguidos o no haber ganado fuera de casa.

Somos conscientes de que no ganar un partido fuera de casa en toda la temporada es algo inadmisible. Si quieres aspirar a algo en esta categoría tienes que competir en todos los partidos. Es difícil aspirar a un playoff si no ganas fuera. Tenemos que darle la vuelta a esa situación lo antes posible para no meternos en más problemas.

El Heliodoro siempre ha sido el fuerte del Tenerife, pero llevan cuatro partidos sin ganar. ¿Eso también se nota?

Nosotros siempre decimos que en casa somos fuertes y superiores al rival, pero últimamente no se está reflejando en el marcador. Las ocasiones no nos entran y tampoco tenemos esa pizca de suerte para ganar cuando nos merecemos los tres puntos. Eso te merma la confianza, pero hay que ser fuertes mentalmente.

Hace un mes parecía que el equipo estaba tranquilo porque tenía una identidad, le gustaba esta idea de juego? y todo se ha ido diluyendo.

Verte en la clasificación tan abajo, con el descenso tan cerca, te va minando. Esa confianza que te dan los resultados al cambiar el estilo de juego para ser protagonistas con el balón se va perdiendo y, claro, en esta situación lo que terminas queriendo es ganar, sea de la forma que sea, jugando bien o mal. Queremos sumar puntos y olvidarnos del descenso lo antes posible.

En lo personal, tampoco estará muy contento de su aportación ante el Numancia.

Pues entras un poco para mantener el resultado y nos empatan. Te vas con sensación de culpa. Es un palo duro porque a la segunda jugada nos metieron el empate. No me queda otra que dar el máximo posible en los entrenamientos para ponérselo difícil al míster y seguir adelante.

Su protagonismo desapareció desde la llegada de Uros Racic.

Al llegar los fichajes, justo coincidió con un mal partido en Oviedo y había que cambiar cosas. Es lógico. Me tocó a mí, pero así es el fútbol. Luego, Uros ha hecho muy bien las cosas y es normal que el míster siga confiando en él. Solo me queda intentar animarle, exigirle día a día con mi trabajo para que no se relaje y ayudar cuando pueda, aportando lo máximo posible desde el lugar en el que el míster me ponga.

Usted tiene contrato más allá del 30 de junio.

Sí, eso me tranquiliza porque hay margen para seguir trabajando y mejorando. Tengo tiempo para poder demostrar mi nivel y corregir cosas. Creo que he mejorado en el ritmo, que se nota mucho en Segunda. Intento dar personalidad con balón, criterio al equipo y una salida limpia. En ocasiones he tenido pérdidas que un mediocentro no puede tener y esa sería la parte a mejorar, así como los pequeños errores de concentración.

Para falta de confianza la de los delanteros.

Es verdad que van por rachas y la mala se está alargando demasiado tiempo, pero yo los veo entrenar bien, veo que les fastidia cuando no marcan y creo que, por el nivel que tienen, a esa situación le van a dar la vuelta.

Alcorcón como partido capital para evitar problemas. El rival, que vino lanzado al Heliodoro, llega ahora en una situación algo precaria.

Sí, quizás desde que les ganamos y cortamos su racha se vinieron un poco abajo. Entraron en una mala dinámica, pero es un rival fuerte en su campo y va a ser un partido muy competido. Si nos ponemos rápido por delante, a ellos les pueden entrar en los nervios.