Algo se rompió desde el mes de enero para que José Luis Oltra tenga claro a estas alturas que se juega el puesto este viernes contra el Osasuna y que su continuidad como entrenador del CD Tenerife la próxima temporada se ha convertido, a día de hoy, en una quimera. Para el gran público son desconocidos muchos de los motivos que han cambiado enamoramiento por descrédito, pero la realidad es que Miguel Concepción está a un paso de tomar una decisión muy peligrosa para el club y para él.

Los fichajes de enero. Víctor Moreno y el propio Oltra aceptaron trasladar el mensaje de que la plantilla resultante tenía nivel para propiciar una increíble remontada hacia el playoff. La derrota ante el Córdoba disipó las esperanzas. Las expectativas, absolutamente engañosas, elevaron el listón de exigencia para técnico y jugadores a un nivel imposible de asumir.

Choque de trenes. Como consecuencia de lo anterior, los mensajes del director deportivo y el entrenador no tardaron en bifurcarse. Además, han empezado a chocar en cuestiones como las concentraciones (una sugerencia de Moreno que se convirtió casi en obligación), los días libres durante el parón por el partido con el Reus o el alto grado de importancia que otorga el primero a las estadísticas.

Ayudantes. La llegada de Fran Blasco al cuerpo técnico (otra sugerencia del responsable del área deportiva) alimentaba un mensaje subliminal que tuvo su origen en Granada, donde ya se dudaba de la capacidad de Emilio Isierte para ayudar a Oltra. También ha existido alguna discrepancia con el preparador físico Marcos Chena, dos profesionales muy respetados por aquellos que conocen su labor. No obstante, Blasco parece integrado.

Onces. Como en cualquier equipo, un director deportivo puede no estar de acuerdo con la alineación de su entrenador e incluso manifestarle su opinión. Es fútbol. Pero también es cierto que suplencias como la de Mauro dos Santos (aún sin debutar) han distanciado al club del actual técnico. Ausente Jorge contra el Numancia, Carlos Ruiz ocupó la vacante en detrimento del fichaje de invierno. En el otro lado se echa en falta autocrítica por la escasa aportación de Coniglio.

Falta de acierto táctico. Se entiende desde el club insular que Oltra no ha terminado de estabilizar la identidad de juego y los resultados del equipo y que las sensaciones empeoran semana a semana. Solo la distancia con el descenso y reacciones como la del pasado sábado o la del duelo en casa contra el Mallorca le sostienen en el cargo.

Oltra, sorprendido. Dolido, el entrenador del Tenerife no se esperaba el giro de guion que ha experimentado su segunda etapa en la Isla: de confiar en su renovación a verse con un pie fuera. Tampoco que no se valoren atenuantes como la falta de gol o las limitaciones del equipo. Una conversación con Concepción debería aclararle el panorama, aunque Oltra cree en una permanencia sin sobresaltos.

La decisión, de Moreno. Aunque el consejo de administración está convencido de que la situación es insostenible, el director deportivo apuesta ahora por mantener a Oltra en el banquillo. Por eso, Concepción no ha dado el paso. Su apuesta por Moreno, al que ha dado plenos poderes, es firme.

Sustituto provisional. La dificultad a estas alturas es encontrar un técnico que asuma el cargo por tres meses, ya que Moreno quiere empezar de cero su proyecto en verano y elegir libremente al hombre que asumirá las riendas técnicas. La gran duda es por qué el presidente pasó de asegurar la continuidad de Oltra hace tres semanas a discutir al entrenador que más partidos ha dirigido al Tenerife en su historia.

Falta de tacto. Moreno tampoco ha encontrado la mejor manera de entenderse con el vestuario. Los cambios que ha introducido, quizás demasiados para la delicada situación del equipo, han despertado recelo entre los futbolistas, que aun siendo respetuosos con los mismos, echan en falta cierto tacto. Las concentraciones, los controles de peso, los entrenamientos vespertinos y algún encontronazo (a la finalización del encuentro en el Tartiere, por ejemplo) no ayudan a tener mejor feeling. La reunión de la pasada semana con los capitanes alejó aún más las posturas.

Responsabilidad. Tanto el director deportivo como el técnico y, por supuesto los jugadores, tienen claro que lo más importante es la permanencia. Pero eso no significa que exista la empatía que debería reinar entre las partes. Eso sí, la plantilla respalda a Oltra, como quedó demostrado con la segunda parte ante el Alcorcón en la que tiró de compromiso para empatar. Un cese sería mal recibido.

En definitiva, una tormenta perfecta que queda reflejada en el silencio oficial del CD Tenerife desde la pasada semana. Ni el presidente ni el director deportivo han dado su versión. Clarificador.

Concepción apuesta ciegamente por Moreno

El presidente del CD Tenerife tiene las ideas claras: sabe que está en el ecuador de su mandato y que el próximo proyecto debe tener éxito para justificar su continuidad en el cargo. La elección de Víctor Moreno en el mes de diciembre, una decisión que asumió personalmente, va en esta línea. Quería algo distinto a lo que estaba haciendo el club y encontró en el actual director deportivo al hombre perfecto para dar un golpe de timón a la estructura deportiva de la entidad. Esa confianza no ha menguado un ápice, de ahí que haya escuchado atentamente sus opiniones sobre el equipo en las últimas semanas.

Moreno podrá confeccionar una plantilla ambiciosa a partir del verano. El objetivo será, indudablemente, el ascenso. Pero antes de iniciar ese asalto queda salvar el actual y certificar la permanencia, algo que preocupa "mucho" a Miguel Concepción.