Diversos espacios e instalaciones forman San Blas Reserva Ambiental, una propuesta del grupo AQA, dedicado a negocios hoteleros, que ha querido fomentar los valores patrimoniales y culturales del Sur de Tenerife a través de un complejo basado en el respeto al medio ambiente.

Un paseo por el entorno en el que se ubica San Blas Reserva Ambiental permite que el visitante disfrute de diversos lugares, como un espacio natural volcánico con una zona protegida y catalogada como reserva ambiental y un centro de visitantes, así como un hotel de cinco estrellas. Con la idea de crear un entorno que complete la oferta de sol y playa, surgió este complejo, que combina un recinto ecoturístico con instalaciones y actividades que descubren al visitante la reserva ambiental San Blas, patrimonio cultural y natural del Sur. Además, con el fin de que esta reserva no quede para uso exclusivo de los clientes del hotel de cinco estrellas ubicado en ella, AQA ha establecido la posibilidad de que sea visitada en un día o fracción.

Ubicado a tan sólo 10 minutos del aeropuerto del Sur, en el entorno de San Blas (San Miguel de Abona) y cercano a la población pesquera de Los Abrigos, el proyecto de San Blas Reserva Ambiental comenzó a gestarse en 1999. En un principio, la idea era un hotel de cinco estrellas de estilo caribeño, complementado con un spa. Sin embargo, la creciente competitividad de los destinos turísticos llevaron a incluir un valor añadido al hotel, con la adquisición de una finca contigua donde se decidió instalar la reserva natural. Se realizaron varios estudios de prospección arqueológica superficial, caracterización geológica, diagnóstico ambiental de la playa o inventario de la fauna terrestre vertebrada o invertebrada, entre otros, cuyo resultado reflejó sus singulares barrancos y lomas de origen volcánico con flora y fauna que forman un paisaje emblemático del Sur. A esto se añadieron los hallazgos arqueológicos pertenecientes a la época aborigen.

El paisaje en el que se ubica la reserva ambiental conserva su estado prácticamente original. Esto hace que el visitante tenga la oportunidad de conocer la historia geológica del lugar. Se trata de un espacio donde la lava de los volcanes se unió con el mar, lo que le otorga una singular belleza.

Todo este entorno sirvió de inspiración para dar forma al proyecto de San Blas Reserva Ambiental. De este modo, se han aprovechado los recursos naturales de la finca como un modelo a seguir en los tiempos modernos.

Proyecto combinado

En el centro de interpretación, el visitante tendrá la posibilidad de conocer los valores naturales y culturales de San Blas en diversas salas. A esto se une el complejo hotelero, que permite al cliente descansar y tomar el sol, pero también le da la oportunidad de aprender y disfrutar de la reserva ambiental.

El hotel San Blas Reserva Ambiental tiene 331 habitaciones, 50 de ellas suites, inspiradas en el entorno en el que se ubican. Asimismo, cuenta con una variada oferta gastronómica, con cuatro restaurantes con vistas al mar. También posee más de 1.400 metros cuadrados de piscinas de agua dulce y salada, climatizada y a temperatura ambiente, con solarium y acceso directo a la playa, una zona lúdico-deportiva con pistas de tenis, pádel, voley playa, multiusos y rocódromo, un gimnasio con sala fitness y sauna-mini spa y una plaza para deportes y juegos tradicionales.

Por otra parte, la reserva ambiental contempla un conjunto de actividades, adecuadas para todos los públicos, de tal manera que el visitante puede conocer el entorno natural y cultural de San Blas a través de talleres activos, como itinerarios naturalísticos temáticos, ruta de las estrellas, actividades medioambientales y artísticas, histórico-culturales o tradicionales (lucha canaria), entre otras.

Con un presupuesto total de más de 78 millones de euros, San Blas Reserva Ambiental, que está basado en el respeto al medio ambiente, relaciona la explotación hotelera de alto nivel, con la protección, conservación e interpretación de su medio natural próximo.

Así, se ha tenido en cuenta la reducción de consumos de agua, a través de diversos sistemas; se fomentan las fuentes de energía alternativa y las nuevas tecnologías que supongan un ahorro en el consumo de combustibles contaminantes y no renovables (el hotel cuenta con una instalación solar térmica y se está ejecutando una planta fotovoltaica); se previene la contaminación reduciendo las emisiones contaminantes, el consumo de materias primas no renovables y la producción de residuos, fomentando la reutilización y el reciclaje. Además, se está construyendo una planta de depuración propia y se trabaja en materia de innovaciones tecnológicas que permitan eliminar las sustancias contaminantes y peligrosas.