Por causas ajenas a nuestra voluntad, y sintiéndolo muy de veras, no pudimos estar el día de la presentación del libro "Los cien años del Cotime" (Colegio Oficial de Titulares Mercantiles y Empresariales de Santa Cruz de Tenerife). Remembranzas de la Escuela de Comercio, bonita obra de nuestro querido compañero y mejor amigo Antonio Salgado Pérez, colaborador habitual de El Día, que nos lo hace llegar con la dedicatoria de "Gracias por acompañarnos", lo que agradecimos muy de veras.

Una bien cuidada y editada obra publicada por CajaCanarias, de peso material, no en vano son 516 páginas de buen papel y también de peso emotivo, afectivo y rigurosamente cierto de cuanto cuenta, valga el juego de palabras, para contarnos y recordar una pequeña parte de los hechos ocurridos a través de cien años, o sea, un siglo, por los titulados mercantiles, explicando desde antecedentes remotos, como el mismo autor dice, de las enseñanzas mercantiles, allá por el año 1784, hasta nuestro días en los que el colegio de la provincia cumple sus primeros cien añitos.

El libro, con una amplia información gráfica, amén de la muy amena literaria, nos hace recordar años atrás y, claro está, al ver un sinfín de fotografías en las que reconocemos a ilustres personalidades, como directores de la Escuela de Comercio, catedráticos, profesores, directores, alumnos con noticia, personal adscrito a la Administración del Centro, haciendo un merecido elogio a Leonor Hernández Benítez, cariñosamente conocida por Leo, que fue paño de lágrimas de muchos estudiantes a la hora de rellenar las instancias para matricularse, por ejemplo, y siempre dispuesta a que no faltara aquella fatídica póliza de 25 ptas. y una serie de datos enormemente interesantes.

No puede olvidar a alguien del exterior de la Escuela, Francisco Gómez Burgos, más conocido por Paco, que al frente de su "carrito" -copio textualmente lo que dice el autor-: "Para la Promoción 1963-1964 fue restaurante, banco financiero, consejero espiritual y pañuelo de lágrimas".

Nosotros añadimos: y para otras muchas promociones más.

Lógicamente, hay una etapa en la que conocimos a muchos ilustres personajes, unos por que nos dieron clase y otros que por ser de la época los conocíamos perfectamente, aunque fueran mayores. Muchos eran familiares cercanos a nuestros compañeros y amigos de la época.

Rogamos al amable lector que no trate de encontrar en estas líneas una crítica sobre el libro, pues no somos quién para hacerla. Vea únicamente como un amigo desea elogiar, sin coba barata, a otro por ese esfuerzo tan grande que ha hecho, al tener que repasar archivos, libros, prensa, boletines oficiales... y luego molestar a otros amigos pidiendo fotografías que la mayoría de las veces no se encuentran, pues están en el fondo de esos cajones que hay perdidos por nuestras casas.

El autor hace un detallado repaso con unos antecedentes mercantiles, como indico más arriba, para continuar con las etapas presidenciales, con el perfil del mismo incluido. El primero, Melchor Ordoñez Alonso, a quien le seguirían José Molowny Real, Antonio Hernández Pérez, José María Segovia García, Andrés Pérez Faraudo, Arístides Ferrer García, Nicolás Pérez Álvarez, José Antonio Yanes Estrada, Luis M. Sansón Cabrera, Benito Regalado Rodríguez y la etapa nº 13, que actualmente está en activo, capitaneada por Antonio Pérez Viera.

Continúa con los compañeros que fueron los últimos peritos y profesores mercantiles y otras pinceladas. Sigue otro capítulo de la Escuela de Comercio y Epílogo de Nostalgias y termina su capítulo XVI con 56 años entre enseñanzas comerciales, mercantiles y empresariales.

No queremos pasar por alto el comentario que hace, con fotografía incluida, de la primera página de un Boletín Informativo, titulado "Portavoz", aparecido el 23 de abril de 1961, cuyo responsable directo, dice Salgado, era el que ahora escribe estas líneas.

Indica que alguna página comenzaba con punzantes interrogantes, dirigidas a José María Segovia, órgano volitivo de la Escuela de Comercio.

¿Por qué hay tantos aparatos en las vitrinas de la Escuela sin utilizar? ¿Por qué se practica la Educación Física si no hay lugar apropiado para ello? ¿Por qué no se ha dotado a nuestra sala de estudios de pupitres o mesas donde se pueda escribir??

En fin, querido amigo, todavía tenemos grabado en las pupilas el día que nos llamó D. José María Segovia y nos dio, digo nos dio, pues me acompañaba José Luis Martinón, delegado del Centro, y Secundado García Betancor que usaba el seudónimo de Segarbe. La verdad es que nos dio un pequeño "repasito" muy educado y leve que hicieron sonrojar nuestras mejillas, pero lo suficiente para entender el mensaje y en especial al que suscribe, por aquello de ser el "director" y padre de la criatura.

A través de los años, lo hemos comentado con dos de sus hijos, buenos amigos, y ahora no deja de ser una anécdota más de nuestra vida estudiantil.

A veces pensamos, mira que fuimos osados al hacer esas preguntas dentro de un centro docente y cuando corría el año 1961. ¡Cosas!

Tenemos gratos recuerdos de aquella Escuela de Comercio de la avenida 25 de Julio, de donde salimos con los títulos de Perito y Profesor Mercantil.

Amigo Salgado, todo el esfuerzo que has hecho se ha visto culminado con la publicación de dicho tomo, por cuyo motivo te felicitamos muy efusivamente.

Esperamos que a todos los antiguos y actuales compañeros de nuestra carrera, aunque sea con otro nombre, les guste tanto o más que a nosotros.

Felicidades y un fuerte abrazo.