El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, se sumó hoy al coro de advertencias sobre el riesgo de responder a la crisis económica con una política proteccionista.

Ante un grupo de eurodiputados y miembros de los parlamentos nacionales reunidos para discutir la situación económica, Trichet recalcó que el proteccionismo es una opción "peligrosísima" y recordó los "efectos desastrosos" que esta política ha tenido en anteriores fases de desaceleración.

Para el economista francés, en la actual coyuntura, el proteccionismo económico sería un "grave error" tanto a nivel europeo como global.

También el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, apeló en el mismo foro a los Estados miembros para que eviten caer en esa tentación y mantengan sus economías abiertas.

Estas voces tratan de contrarrestar los reflejos de algunos gobiernos de la UE de intentar superar la crisis con medidas centradas en la defensa de su mercado nacional.

Las primeras tensiones tuvieron como escenario el Reino Unido, donde los empleados de una refinería se declararon en huelga contra la decisión de su empresa de contratar a trabajadores de otros países de la UE y ello bajo un eslogan acuñado por su primer ministro: "empleos británicos para trabajadores británicos".

La polémica aumentó tras la adopción en Francia de un plan de apoyo al sector automovilístico que condiciona la recepción de las ayudas a que los fabricantes no cierren plantas en el país ni recorten plantillas.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, llegó a decir que su Gobierno no daría dinero a las empresas para que acaben trasladando su producción a otros países y citó en concreto a la República Checa, cuyo Gobierno lidera este semestre la UE.

Para evitar que esta tendencia continúe y reforzar el enfoque común de los Veintisiete ante la crisis, la presidencia checa y la Comisión Europea decidieron convocar una reunión extraordinaria de líderes de la UE el próximo 1 de marzo.

En su intervención ante los parlamentarios, Trichet señaló que la prioridad de las autoridades económicas ahora debe ser la resolución de la crisis, pero de manera tal que se evite la repetición de problemas similares en el futuro.

"No podemos volver al ''statu quo''" previo al estallido de las turbulencias financieras, advirtió, e insistió en que el objetivo ha de ser la estabilidad macroeconómica a medio y largo plazo.

Trichet subrayó que hace falta una regulación más estricta del sistema financiero, con énfasis en la transparencia.

Se refirió al papel de los organismos de supervisión internacional y consideró que el Fondo Monetario Internacional (FMI) debería mejorar la supervisión de las economías industrializadas.

Esta crisis nos ha enseñado la "dolorosa lección" de que los países ricos "también necesitan vigilancia, y muy estricta", señaló el presidente del BCE.

Trichet coincidió con Almunia en destacar que, en el actual contexto de debilidad económica, es aún más importante que los países de la UE demuestren su compromiso con la estabilidad presupuestaria, pues ello contribuirá a restaurar la confianza.

El comisario también advirtió de la necesidad de normalizar el funcionamiento del mercado de crédito, pues sólo así serán efectivas las medidas de política monetaria y presupuestarias puestas en marcha para salir de la recesión.

Recomendó, en este contexto, máxima transparencia a los países a la hora de facilitar ayuda a las entidades financieras.

Los contribuyentes tienen que saber "qué se esconde detrás de todo lo que se aporta a las entidades", tanto las condiciones que se les imponen para aumentar la financiación a empresas y familias, como las reglas de comportamiento para los gestores de los bancos.