Entre doce y catorce barcos de las Islas navegan en estos momentos a unas doscientas millas de Azores, a la espera de que se haga efectivo el acuerdo hispano-luso, que permite el intercambio de las flotas artesanales, y que cuenta ya con el visto bueno de los Ejecutivos central y autonómico, así como de las cofradías de pescadores canarias, una vez que se aprobó su puesta en marcha, por amplia mayoría, en una reunión mantenida a principios de mes en Las Palmas.

De esta manera, el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de la provincia tinerfeña, Vicente Rivero, precisó que todo apunta a que la oficialización del convenio se produzca en "apenas unos días" ya que, "al parecer, sólo se está pendiente de una firma".

Así pues, la mayor parte de las 18 embarcaciones que tendrían permitido faenar de manera simultánea podrían acceder de inmediato a la franja comprendida entre las 12 y las 100 millas desde la costa de los archipiélagos portugueses, tal y como estipula el convenio.

Como contraprestación a las capturas de atún en los caladeros portugueses, la misma cantidad de buques de la flota artesanal de Madeira y Azores podrían pescar sable negro en las aguas canarias.

Originariamente, estaba previsto que el convenio entrara en vigor en 2008, pero fue acumulando una serie de retrasos derivados, fundamentalmente, de las artes que emplean los pescadores lusos que usan hasta 2.500 anzuelos en sus capturas, mientras en España el máximo permitido es de 500.

No obstante, cuando se produjo un acercamiento entre las partes, no se llegó a materializar porque ya no le interesaba a las cofradías canarias, dado que había expirado la temporada del atún.

A principios de este año se retomaron las negociaciones y se determinó que algunos barcos portugueses dedicados al sable negro realizaran una serie de capturas en las Islas, de manera experimental, que serían evaluadas por parte de científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO).

En concreto, estas pruebas comenzaron el pasado 27 de febrero y se prolongaron durante quince días, durante los cuales dos buques faenaron en distintos puntos del Archipiélago, entre los que figuran el sur de El Hierro y el noreste y noroeste de La Palma.

En cuanto a los barcos participantes se trató del "Pico Dourado" y el "Pico Alto", ambos de 15,50 metros de eslora y con una potencia de 300 caballos, mientras que el tipo de pesca establecido era el de "palangre a la deriva, sin que se pudiera llegar al fondo".

Según el informe elaborado por el equipo de técnicos del IEO, el resultado de la campaña experimental arrojó rendimientos dispares en función de las zonas de pesca y de los anzuelos empleados en los lances.

Es por ello que, finalmente, se decidió que los pesqueros portugueses que operen en el Archipiélago puedan emplear más de 500 anzuelos, pero se les exige estar dotados de un sistema operativo de seguimiento por satélite (caja azul), lo mismo que a la flota canaria, a través del cual se pueda controlar que la actividad se ajusta a lo acordado.

Vicente Rivero justifica esta concesión en el hecho de que "en realidad, los canarios no tenemos cuota comunitaria para poder capturar sable negro y además, si permitimos que ellos los pesquen en nuestras aguas, a cambio nosotros podremos acceder al atún de sus caladeros".

Sin embargo, puntualiza que, a pesar de que el periodo de vigor del convenio se extiende hasta el 30 de noviembre "la época buena para esta especie se sitúa entre febrero y julio, por lo que si, como ocurrió en 2008, se vuelve a demorar su puesta en marcha, sería mejor que lo dejáramos para el año que viene".