Airbus reconoció hoy que el fabricante europeo se plantea abandonar el programa del avión de transporte militar A400M por los recursos financieros y humanos que le absorbe, y que se da hasta finales de mes para llegar a un acuerdo con los gobiernos de los siete países de lanzamiento del programa.

"Desgraciadamente, no hay suficientes progresos en la negociación", señaló un portavoz de Airbus, que confirmó las informaciones de una nueva reunión entre las dos partes la próxima semana, sin dar precisiones sobre la fecha exacta y ni el lugar.

Sí que es de público conocimiento que el próximo día 12 en Sevilla comparecerán ante la prensa el presidente de la casa matriz EADS, Louis Gallois; el de Airbus, Thomas Enders; el jefe de la división militar (responsable del A400M), Domingo Ureña, y el responsable comercial del fabricante aeronáutico, John Leahy.

El portavoz subrayó que "tenemos que concluir las negociaciones antes de fin de mes" y precisó que los principales obstáculos para el avance de las conversaciones con los siete estados son el reparto de los sobre-costos del proyecto, pero también el calendario y otras cuestiones políticas.

No quiso cifrar ese sobre-costo, que fuentes francesas han establecido en alrededor de un 25% suplementario al contrato inicial, de unos 20.000 millones de euros por los 60 aviones encargados por Alemania, los 50 de Francia, los 27 de España, los 25 del Reino Unido, los 10 de Turquía, los 7 de Bélgica y uno de Luxemburgo.

En cualquier caso, Airbus reiteró la idea de que los sobre-costos (en los últimos días se hablaba de unos 5,300 millones de euros) se tienen que repartir entre la empresa y los citados gobiernos.

El portavoz de Airbus insistió en que "el A400M está costando pérdidas a la compañía" y tiene ocupados a muchos ingenieros, en un momento en que sus capacidades resultan necesarias para los programas de dos aviones comerciales, el gigante A380 y el futuro A350.

EADS estableció en sus cuentas del tercer trimestre del pasado año una provisión de 2.400 millones de euros para atender a las implicaciones financieras de los problemas que arrastra el A400M, que acumula retrasos de más de tres años sobre la planificación inicial.

Además, Ureña había señalado en junio que tenían que invertir unos 100 millones de euros mensuales en el programa del A400M.

La advertencia de Airbus de que no descarta dejar el proyecto del A400M fue interpretado como un instrumento más de la negociación por las autoridades francesas, en particular como un medio de presión sobre el Ejecutivo alemán.

El ministro francés de Defensa, Hervé Morin, estimó que esas informaciones, filtradas en primer lugar a la prensa alemana, son "la forma de poner un poco de presión al Gobierno alemán".

Morin reiteró que descarta que "sean los contribuyentes europeos los que paguen la totalidad de los sobre-costos, y por eso hay que lograr una solución que convenga a las dos partes".

Fuentes de su Ministerio insistieron en que los siete estados ya han aceptado cambios en los plazos de entrega de las aeronaves (por ahora el programa acumula un retraso de más de tres años), así como modificaciones técnicas de los aviones y en las penalizaciones que deberían recibir por los citados retrasos.