La vicepresidenta primera del Gobierno, Maria Teresa Fernández De la Vega, explicó a la nueva secretaria de Estado para la Función Pública, Consuelo Rumí, que el gran reto que tiene por delante es modernizar la Administración española y hacer que la Función Pública se convierta en el motor de la recuperación.

"Para eso no le falta capacidad", subrayó De la Vega en la toma de posesión de la hasta ahora secretaria de Estado de Inmigración, que desde hoy sustituye en el cargo a Carmen Gomis. Al acto acudieron diversas personalidades, como el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, y el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado.

Según la ''número dos'' del Ejecutivo, con el compromiso de Rumí, su liderazgo y la ''hoja de ruta'' que supone el acuerdo firmado con los sindicatos el pasado mes de septiembre, la Secretaría de Estado para la Función Pública será el "buque insignia de esta singladura".

De la Vega aventuró una etapa que no será "nada fácil" y que exigirá "trabajo y esfuerzo", aunque se mostró convencida de que, con el esfuerzo de todos y bajo la dirección de Rumí, los desafíos se convertirán en "oportunidades" y las inquietudes en "confianzas".

De la Vega aprovechó también para agradecer a Gomis el trabajo realizado al contribuir al afianzamiento de la Secretaría de Estado, al haber dado un "empujón importante" a la modernización de la administración y al haber impulsado "importantes" procesos de reforma y acuerdos, como el firmado el pasado septiembre, que sirve para incrementar la calidad y la eficacia de la administración.