A pesar de las explicaciones del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre las medidas de recorte adicional para reducir el déficit, los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, anunciaron ayer que sus organizaciones siguen adelante con las movilizaciones anunciadas en el sector público, que van a culminar en un paro general en el sector público el próximo 2 de junio, e incluso no descartan la convocatoria de una huelga general.

Tras la reunión de dos horas mantenida con el titular del Ejecutivo en el Palacio de La Moncloa, ambos líderes aseguraron que, a la espera de nuevas precisiones, Zapatero no los ha convencido al no rectificar ninguna de estas medidas, que aprobará el Consejo de Ministros la próxima semana.

UGT fue la primera en convocar el paro general del funcionariado, al que horas más tarde se sumó CCOO y que también será secundado por otras organizaciones como CSI-CSIF. Así lo confirmó el secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía (FSC) de CCOO, Enrique Fossoul, que avanzó que el calendario de movilizaciones arrancará el 20 de mayo, víspera de la aprobación del decreto ley que regula los recortes, con manifestaciones en todas las capitales de provincia.

El máximo representante de CCOO esgrimió que "es fácil en un clima en el que se ha generado una especie de linchamiento moral de los funcionarios practicar un ajuste de esa naturaleza". En este sentido, advirtió al Gobierno: "Cuidado con las cosas que se hacen y qué mensajes se transmiten". Dicho esto, subrayó que "se pueden establecer elementos de ahorro, pero no sobre los salarios de los funcionarios, cuando muchos de ellos tienen contrato temporal y retribuciones por debajo de los 1.000 euros".

Al respecto, Méndez indicó que "es una simpleza pretender pensar que medidas de esta naturaleza sobre el llamado peyorativamente funcionario van a ser entendidas por la ciudadanía".

Toxo recalcó que "lejos de precipitaciones" su sindicato reflexionará sobre las medidas a adoptar más allá del paro del sector público, y dijo que "en las próximas horas estudiaremos la conveniencia y la necesidad de otras acciones que procedan".

Ambos señalaron que las medidas planteadas por Zapatero perjudicarán el crecimiento de la economía, harán repuntar el paro y además no serán suficientes para reducir el déficit, al tiempo que abogaron por recuperar impuestos como el de Patrimonio o Sucesiones, luchar contra el fraude y la economía sumergida e incrementar la carga tributaria a las rentas más altas. Ya en materia laboral, se mostraron convencidos de la necesidad de alcanzar un acuerdo de reforma laboral en el diálogo social, pero escondieron que en las actuales circunstancias las negociaciones han quedado tocadas.

En un breve comunicado de Presidencia del Gobierno, se explica que Zapatero "escuchó con atención" los argumentos discrepantes contra el nuevo ajuste fiscal de los líderes de CCOO y UGT y que "respeta sus posiciones y las decisiones que adopten".