El grupo Banca Cívica, surgido tras la integración de CajaCanarias, Caja Navarra y Caja de Burgos, estará a "pleno rendimiento" el 1 de julio, y en la segunda mitad del año tiene previsto conceder más de 4.000 millones de euros en préstamos, ya que la fortaleza del proyecto permite aumentar los "límites de financiación".

Así lo explicaron ayer los presidentes de CajaCanarias, Álvaro Arvelo, y Caja de Burgos, José María Arribas, y el director general de Caja Navarra y presidente de la nueva entidad, Enrique Goñi, en una de rueda de prensa en la que presentaron la marca Banca Cívica en su nueva sede de la madrileña plaza de Colón.

La esencia de Banca Cívica, explicaron, es que une los conceptos de finanzas y civismo y le da un importante giro al modelo tradicional de banca, a su juicio "agotado", dándoles mayor protagonismo a los clientes, que incluso decidirán, con sus valoraciones, una parte del sueldo de los empleados del grupo.

Se trata de un proyecto "ilusionante, y es ofensivo, no defensivo", explicó Goñi, que añadió que la entidad se ha marcado varios retos desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre, entre ellos "inyectar en torno a 4.000 millones de euros en créditos" en las áreas en las que actúa y generar capital "a base de beneficios".

La generación de resultados forma parte de "la esencia del proyecto", explicaron los responsables de Banca Cívica, que aseguraron que esperan alcanzar los 400 millones de euros de beneficio neto en 2011 y los 550 en 2013.

Preguntado por la forma en la que los tres socios decidirán la concesión de créditos, Goñi explicó que cada entidad tendrá plena autonomía para conceder el 85% de la cartera crediticia, en tanto que el 15% restante -los proyectos más importantes o que impliquen un mayor riesgo- tendrán que decidirlo entre todos.

La entidad nace, además, con una fuerte vocación de crecimiento, como demuestra su intención de dar el salto a la costa este de Estados Unidos con una oficina de representación en 2011, que esperan que vaya seguida de una rápida expansión por otras áreas geográficas, que no concretaron.

Arvelo destacó que el proyecto, que precisamente tiene perspectiva de futuro y de crecimiento porque cuenta con cajas "sanas", ha tenido en todo momento apoyo de las instituciones y autoridades competentes y se ha logrado en un tiempo "más que razonable".

Banca Cívica ha abierto la puerta a la entrada de más miembros, como las cajas de Ávila y Segovia, con las que las negociaciones están muy avanzadas. "Esperamos que se integren lo antes posible, como muy tarde en junio o julio", explicaron los máximos responsables del grupo.

Los clientes mandan

Arribas admitió que estas dos entidades no han sido las únicas que se han puesto en contacto con el grupo, "como es lógico cuando ya hay un proyecto" formado, y más teniendo en cuenta la situación actual del sector de las cajas, aunque no quiso decir nombres.

Sin embargo, Goñi dejó muy claro que Banca Cívica nace con la vocación de no acudir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y que quien se quiera unir al proyecto "tiene que partir de esa base", es decir, tener unas cuentas lo suficientemente saneadas. Explicó, asimismo, que Banca Cívica no tiene intención de adquirir ninguna caja.

El símbolo del grupo -un árbol con frutos- recoge dos conceptos esenciales en Banca Cívica: los clientes deciden a qué proyecto social dedican parte del beneficio que generan y los clientes transforman la sociedad.