La implantación del gas natural en el Archipiélago a pleno rendimiento supondría un descenso cercano al millón de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año, según afirmó ayer el presidente de Enagás, Antonio Llardén, que agregó que la construcción de cada una de las plantas previstas en Tenerife y Gran Canaria acarrearía un coste aproximado de 300 millones cada una.

Llardén, que ayer pronunció una charla en el club Oliver de Santa Cruz de Tenerife bajo el título "Aportación del gas natural a la economía canaria", aseveró que "desde todos los puntos de vista, empezando por el ambiental, la existencia de gas natural en las Islas sería muy positivo para la economía". En esta línea, explicó que "aunque esté pensado para la generación eléctrica, también conlleva un beneficio colateral para ciertas actividades de tipo industrial y de servicios, como los hoteles, que pueden usarlo para producir frío y calor en condiciones mucho más económicas, lo que para un territorio que apuesta por el turismo de calidad sería doblemente bueno".

El máximo responsable de Enagás, que en su comparecencia ante la prensa estuvo acompañado por el presidente de la Confederación Provincial de Empresarios tinerfeña (CEOE-Tenerife), José Fernando Rodríguez de Azero, y el de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), José Carlos Francisco, organizadora del foro, subrayó que "en el momento en el que se resuelvan todas las cuestiones pendientes, estaríamos abiertos a entrar en el proyecto".

De hecho, recalcó que ya ha tenido contactos con Gascan y con el presidente del Ejecutivo autonómico, Paulino Rivero.

Según insistió, "sería conveniente usar gas natural en las Islas además de las otras energías" y enfatizó que, "hoy por hoy, la alternativa más sensata es la de las plantas de regasificación, ya que la opción del gasoducto submarino que se escogió para Baleares es imposible de acometer para el Archipiélago tanto técnica como económicamente".

A su vez, aclaró que "el proyecto de Tenerife es el que está más adelantado" y mostró su predisposición para colaborar en el proceso aportando todo nuestro conocimiento técnico y financiero".

Por último, Llardén puntualizó que "este tipo de instalaciones son las más seguras de la industria energética" y señaló que "el ahorro para las familias puede ser importante porque, en líneas generales, el gas es más barato que el petróleo".