El vehículo eléctrico se ha convertido en paradigma de tecnología responsable con el medio ambiente y el horizonte del negocio automovilístico para la mayoría de las empresas de este ámbito. Esta asunción capta la atención de compañías cuyos intereses aparentemente serían contrarios al desarrollo de dicha tecnología. España ya ha hecho movimientos para facilitar su implantación, igual que Canarias, aunque de manera más modesta y tímida.

El pasado abril, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presentó la estrategia estatal para impulsar el vehículo eléctrico, que ha dotado con 590 millones de euros que deben servir para fomentar la demanda de estos automóviles, la creación de infraestructuras de recarga y la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) en este campo.

Para el primer punto, el Ejecutivo subvencionará con hasta 7.000 euros (el 20% del coste) la adquisición de coches eléctricos a través del Plan Movele, ya en marcha. El objetivo es que se vendan 20.000 unidades en 2011 y 50.000 al año siguiente, que principalmente integrarán flotas de empresas y servicios públicos. A esta línea de actuación se destinarán 240 millones de euros hasta 2012.

250.000 en cuatro años

Otros 313 millones se reservarán a incentivar la I+D+i, dado que el Gobierno considera que el de la automoción es un subsector clave en la construcción de un modelo económico de crecimiento sostenible. La meta es generar nuevas industrias alrededor de él. A los sistemas de comunicación entre la red eléctrica y los vehículos, que ya se están promoviendo, irán a parar 35 millones, y otros dos a acciones de marketing y comunicación.

Los fabricantes españoles de automóviles han dado su visto bueno a esta apuesta pública, pero han reclamado unidad de acción a nivel comunitario. En este sentido, cabe destacar que el pasado 25 de mayo Alemania, Francia, Portugal y España solicitaron a la Comisión Europea que acelere la consecución de un "estándar definitivo de automóvil eléctrico europeo" el próximo año.

El texto lo firmaron estos cuatro países porque el conjunto de la Unión (UE) lo que reclama son medidas de apoyo a los coches ecológicos, sin decantarse por una tecnología determinada. De hecho, Reino Unido pretende abrir el abanico de opciones, en especial la del coche alimentado de hidrógeno.

España, sin embargo, ya ha movido ficha con la citada estrategia, que plantea alcanzar un parque de 250.000 vehículos eléctricos dentro de cuatro años. Y, además, el Gobierno prevé que ya en 2010 circulen unos 2.000 por las carreteras del país.

Estas cifras implican una larga convivencia de los coches actuales, de combustión interna, con los eléctricos y los híbridos. Es difícil concretar qué cuota de protagonismo tendrán las nuevas tecnologías en el panorama automovilístico futuro. Según el fabricante Renault, el coche eléctrico tiene potencial para alcanzar en 2020 el 10% del mercado europeo, mientras que el grupo PSA Peugeot-Citroën considera que el 20%, incluyendo, eso, sí, los híbridos. Y el comisario europeo de Industria y Empresa, Antonio Tajani, apunta a entre el 30 y el 40%.

Producción a corto plazo

De acuerdo con el Instituto de Estudios de Automoción, la gran mayoría de los conductores españoles no ve viable el uso rutinario del vehículo eléctrico en los próximos diez años, y alude principalmente a su alto precio como freno, además de las dudas en torno a su autonomía, recarga y servicios de reparación.

Ello enlaza con el pronóstico de la consultora Roland Berger Strategy, que apunta a que la capacidad de producción de estos coches triplicará en 2015 su demanda, lo que se debe a las fuertes inversiones de los 20 mayores fabricantes del mundo, que cifra en 8.500 millones de euros.

El interés de las grandes marcas del subsector automovilístico por este segmento responde a lo que se conoce como "conciencia verde", que articula una apuesta por la movilidad sostenible, sobre todo en las ciudades, y anticipa cambios en este mercado. En este proceso aún se consideran pasos embrionarios, apuntan en el portal Going Green, la proliferación de coches con bajas emisiones contaminantes, la limitación al tráfico de vehículos privados y las tasas e impuestos por la matriculación de los que más dióxido de carbono (CO2) lanzan a la atmósfera.

Los costes de movilidad -con un consumo de 0,37 euros cada 100 kilómetros y una autonomía de 130-, la nula contaminación ambiental -se aboga por generar la electricidad necesaria para moverlos a partir de energía renovable- y sonora, así como los menores riesgos de avería -sus motores son más sencillos y con menos partes móviles- son los atractivos que esgrimen en el blog vehículoselectricos.com.

Las dudas en torno a si éste es el sistema idóneo por el que se decantará el mercado, no obstante, siguen ahí. En un reciente debate organizado por la Fundación Ciudadanía y Valores en el que participaron expertos del ámbito político (PP y CiU), la Comisión Nacional de la Energía, Endesa y fabricantes de coches, entre otros, se concluyó que el vehículo eléctrico sólo se desarrollará cuando los números demuestren que es al alternativa más conveniente y barata para los consumidores.

La "impredecible" evolución de los precios del petróleo y la electricidad, así como el coste de las baterías, centran la discusión.

Cambiar de filosofía

En Canarias, el presidente de la patronal autonómica de importadores y concesionarios de automóviles (Fredica), Rafael Pombriego, indica que "aunque dentro de las nuevas tecnologías, la que más impulso recibe de las administraciones públicas es el vehículo eléctrico, hay gente en el sector que opina que tal vez ésta no es la solución definitiva y que puede haber otras alternativas que pueden sustituir igualmente al sistema actual de combustión y que son tanto o más competitivas. Aún es pronto para decir qué sistema de transporte será el definitivo".

Pombriego recuerda que hay marcas con modelos listos para comercializar en masa a partir de 2012 ó 2013, "es decir, mañana", pero objeta que aún falta disponer de un sistema de recarga masivo y universal. "Se está debatiendo si éste debe ser mediante una conexión a la red o con baterías intercambiables, que, en principio, serían más caras".

Más claro lo tiene el director comercial de Asia Motors Canarias, José Manuel Martín. Esta firma es pionera en el Archipiélago, subraya, en la distribución de vehículos eléctricos, que ya considera "una realidad", e insta a las instituciones a "trabajar para que sean el modelo a seguir".

Martín, que también es presidente de la Federación Canaria de Automoción (Fecanauto), reconoce que la implantación de estos automóviles implica "un cambio de filosofía", por lo que admite que "no será fácil abrirse un nicho de mercado. Será muy pequeño hasta que la conciencia del ciudadano vaya cambiando, pero valoramos que las administraciones ya se hayan volcado en este proyecto".