El secretario de Comunicación de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca), César Cabo, aseguró ayer que las bajas por enfermedad del colectivo "irán a más si Aena sigue programando igual y sometiendo a los controladores a una presión excesiva".

"Estamos bastante cansados porque en los últimos meses las condiciones laborales se han degradado; nos están sometiendo a mucha presión y hay gente que está teniendo problemas", dijo Cabo.

La falta de 39 controladores aéreos del centro de control de Gavà (Barcelona), el 37% de la plantilla prevista, provocó ayer retrasos de hasta una hora en los vuelos. En Valencia, la regulación por la ausencia de dos de los cuatro controladores programados ocasionó retrasos en siete vuelos, el mayor de ellos de más de dos horas. Estas incidencias no tuvieron repercusión en los aeropuertos de Tenerife, según informó Aena.

El Ministerio de Fomento estudiará si el elevado número de bajas de los controladores podría responder a un plan organizado como medida de presión por el cambio de la organización laboral antes de denunciar las presuntas irregularidades ante la Fiscalías.

Fuentes de Fomento explicaron que se están produciendo "bajas exprés", ya que ninguna de ellas supera los cinco días de duración, lo que provoca que la Seguridad Social no pueda someter a los trabajadores a un chequeo médico.

El portavoz de Usca animó a que no sólo se investiguen las bajas médicas de los trabajadores, sino también si se cumplen los requisitos normativos en la organización de los turnos de éstos.

Miembros del sindicato aseguraron que las bajas están justificadas médicamente y los retrasos son fruto de la mala organización de sus turnos, situación que, por otra parte, "no es nueva" y aún podría ser "más complicada".