Los responsables de Finanzas del G7, que agrupa a los más ricos del planeta, y del G20, que suma a los emergentes, se reunieron hoy en Washington, en un intento de revitalizar el espíritu de cooperación en medio de las tensiones cambiarias y la ralentización económica mundial.

Los ministros se encuentran en la capital estadounidense para participar en la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).

Pero su presencia en Washington ha permitido contactos y reuniones preparatorias para la importante cumbre de jefes de Estado del G20 que se celebrará el 11 y 12 de noviembre en Corea del Sur, y en la que se abordará, como uno de los temas prioritarios, el crecimiento económico desequilibrado que se está produciendo entre las naciones avanzadas y los emergentes.

Ya durante la Asamblea del FMI, que se inició hoy formalmente, la posibilidad de una "guerra de divisas" a escala planetaria ha puesto en alerta a los dirigentes, que temen que los países emergentes, que crecen a tasas más elevadas que el resto, devalúen sus monedas para impulsar las exportaciones, siguiendo el ejemplo de China.

Otro de los grandes temores, como puso en evidencia el propio director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, es que estas tensiones entre ricos y pobres acabe con el "espíritu" de cooperación que apareció tras la crisis de 2008, y que permitió el relanzamiento del G20.

Con estos temas sobre la mesa, los representantes económicos de los países que conforman el G20 celebraron hoy un desayuno de trabajo, que se produjo a puerta cerrada y sin que se emitiera ninguna información oficial al respecto.

Igual de informal ha sido la cena de trabajo que los ministros del G7 celebraron esta noche en la embajada de Canadá, y al término de la cual no se emitió ningún comunicado.

Sin embargo, el ministro canadiense de Finanzas, James Flaherty, sí explicó a la prensa poco antes de la reunión que el G7 abordaría el tema de las divisas, y que éste será uno de los temas que recogerá el comunicado final de la Asamblea del FMI y del Banco Mundial.

El ministro recordó que en la última reunión del G20 en Toronto, los países adoptaron el compromiso de "evitar medidas proteccionistas", y que China, además, se comprometió a flexibilizar la cotización de su moneda.

El presidente del Banco Central de China, Zhou Xiaochuan, negó hoy en un debate organizado por la BBC que su Gobierno no haya tomado medidas para dejar fluctuar el yuan, y aseguró que el proceso de flexibilización está siendo "gradual".

Más tarde, el canadiense indicó al respecto que se podrían "abrir un debate sobre lo que es gradual o no, pero el caso es que el yuan se movía más antes de la recesión que ahora".

Además de China y otros países emergentes, Japón, la segunda economía del mundo, intervino hace unas semanas por primera vez en seis años en el mercado de divisas para frenar la subida de yen, después de que la moneda llegara a tocar la posición más alta contra el dólar en los últimos 15 años.

El ministro de finanzas de Japón, Yoshihiko Noda, defendió hoy la decisión de su Gobierno, pues dijo que era una medida necesaria para reactivar el crecimiento y luchar contra la deflación.

El ministro japonés indicó que su país ha avanzado en su recuperación, si bien el crecimiento se ha producido bajo la sombra de la deflación o caída de los precios.

"La deflación hace que los tipos de interés estén altos, y desanima a los inversores a invertir en tecnología a medio plazo. Además, los hogares no perciben mejoras porque sus ingresos nominales han caído, pese a que sus ingresos reales han crecido", indicó.

En estas circunstancias, dijo el japonés, el "Gobierno va tomar todas las medidas que sean necesarias para lidiar con esta situación".

Hoy, Strauss-Kahn aprovechó su discurso en la Asamblea del fondo para pedir a los países que retrocedan y eviten el surgimiento de una "guerra de divisas", término que utilizó por primera vez el ministro de finanzas brasileño, Guido Mantega, y que ya se ha extendido entre los Gobiernos.

Strauss-Kahn insistió en pedir a los países en que no usen sus divisas como "armas" económicas. "La historia nos ha demostrado que no es una solución. Lo que necesitamos es más cooperación en el sistema monetario e internacional", apuntó.

"No quiero decir que el espíritu de cooperación haya desaparecido totalmente, pero está decreciendo, está en peligro", dijo hoy el director gerente.

Con este argumento, el funcionario francés pidió a los países un nuevo esfuerzo para revitalizar la cooperación porque, según dijo durante un debate organizado por la BBC, "esta crisis no se puede solventar con medidas domésticas, hay que abordarla desde la colaboración internacional".