Con el objetivo de inculcar en Canarias la cultura del mercado de antigüedades y los objetos de segunda mano, el Rastro Marichal inauguró hace dos meses la primera gran superficie de las Islas dedicada a esta actividad que, además, a partir del próximo día 29 se adentrará en el mundo de las subastas, poniendo a disposición de los interesados 150 lotes con artículos con unos precios de salida que oscilan entre los dos euros de un disco de vinilo y los 750 de un dormitorio de 1940 en madera de caoba.

La propietaria del Rastro Marichal, Rosa Alonso, explica que "se trata de una iniciativa por medio de la cual se brinda la oportunidad a algunas personas de desprenderse de artículos que ya no utilicen y que estén ocupando sitio en un cuarto trastero o un garaje, mientras que otras pueden encontrar alguna pieza curiosa o descatalogada, que sea imposible localizar a través de los canales comerciales habituales".

En este sentido, Alonso subraya que es necesario desterrar de una vez por todas el tabú que, por falta de costumbre, tenemos los canarios sobre el tema de las subastas que, sin embargo, son muy frecuentes en la Península, donde tienen una gran acogida".

Así, recalca que "el concepto de subasta con el que nosotros trabajamos es algo alegre" y, por tanto "lo entendemos como una excelente oportunidad para el que vende como para el que adquiere la pieza que andaba buscando".

Por su parte, Jordi Solsona, que es la persona encargada de la tasación de los objetos y de organizar y conducir la subasta, destaca que "este proyecto no es un hecho puntual, sino que nace con vocación de continuidad". De hecho, avanza que "se llevará a cabo el último o el penúltimo viernes de cada mes".

Del mismo modo, agrega que en el Archipiélago existe un gran potencial para este tipo de cuestiones, tanto por su carácter novedoso como por la amplia variedad de artículos que poco a poco nos van llegando que demuestran que existen muchos más objetos de interés de lo que podríamos pensar. En este contexto, augura que en las próximas subastas, que se harán siempre en las dependencias del Rastro Marichal, ubicado en el polígono Cuevas Blancas, de Santa Cruz de Tenerife, los lotes serán mayores e, incluso, podría venir gente de otras islas".

A pesar de que, precisa, "cada subasta es distinta", Solsona apunta que "lo habitual es que el 40 por ciento de las piezas se adjudiquen al precio de salida, con lo cuál, se pueden conseguir artículos en condiciones muy ventajosas". A esto se le suma "la componente lúdica que implica participar en las pujas", apostilla.

Por último, afirma que "aunque por la gran variedad de los objetos seleccionados para esta ocasión es imposible citar uno a uno los más interesantes, a modo de ejemplo se podría destacar desde un aparador canario de estilo modernista de principios del siglo XX hasta cuadros de reconocidos artistas locales como Bonnín o Juan Toral, hasta uno de los primeros discos de Caco Senante.