La revalorización de las pensiones mínimas y no contributivas beneficiará el año que viene a unos 130.000 perceptores en Canarias, al tiempo que dejará fuera a cerca de 170.000, los que ingresan una prestación contributiva superior y que sufrirán la congelación anunciada por el Gobierno para 2011.

Las primeras, en cualquier caso, subirán sólo el 1%, justo el Índice de Precio de Consumo (IPC) que el Ejecutivo prevé para el próximo ejercicio. El resto perderá poder adquisitivo, más allá de que en enero perciba la tradicional paga extra por la desviación del IPC en 2010, en caso de que el indicador de noviembre supere la previsión que hizo el Gobierno hace un año.

Según los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo, en los que se ha apoyado este departamento para presentar sus presupuestos de 2011, los pensionistas "mínimos" sumaban en agosto 2.586.862. De ellos, 87.208 residen en las Islas.

Aparte, la Seguridad Social contabiliza 452.422 perceptores de pensiones no contributivas, de los que 42.244 -casi el 10%- corresponden a Canarias.

Éstos son los colectivos a los que se dirige la citada subida del 1%, la única que, en principio, acometerá el Gobierno. Cabe recordar que la congelación del resto está siendo uno de los puntos de fricción en la negociación de la reforma de las pensiones, dado que la medida no fue acordada en el marco del Pacto de Toledo.

Los pensionistas que cobran las cuantías mínimas suponen en las Islas el 34% de los beneficiarios de prestaciones contributivas. A nivel nacional ese porcentaje baja al 29%. A ello se suma el elevado número de pensionistas no contributivos que presentan las Islas, lo que hace que, en términos relativos, haya más revalorizaciones en las mismas y el impacto de la congelación no sea tan grande.

De todas formas, el responsable del gabinete económico de CCOO-Canarias, José Miguel González, afirma que la medida "aminora el poder de compra de un segmento de la población que, mayoritariamente, no obtiene rentas alternativas", lo que le lleva a concluir que la congelación "no es justa".

Además, añadirá "inseguridad e incertidumbre" en el consumo, ya atenazado por las elevadas tasas de desempleo, que se doblan, hasta el 50%, en el caso de los jóvenes. "Los poderes de compra están limitados, y todas las medidas que recorten rentas en una crisis que se ve afectada por la bajada del consumo suponen retrasar el crecimiento económico", avisa.

La directora del servicio de estudios de la Cámara de Comercio de la provincia tinerfeña, Lola Pérez, ve "claro" que la congelación va a repercutir en los pensionistas, pero matiza que la inflación no va a ser significativamente alta en 2011, "con lo que no perderán mucho poder adquisitivo".

"No creo -analiza- que la bajada del consumo se note por el lado de los pensionistas, sino más por el de los parados de larga duración, que tienen una merma importante de sus recursos y expectativas muy inciertas de encontrar trabajo. Ahí reside la debilidad de la demanda".