Islandia ha alcanzado un acuerdo con Gran Bretaña y Holanda para la devolución de cerca de 4.000 millones de euros perdidos en la quiebra del banco de internet Icesave, tras dos años de disputas diplomáticas.

Según publica hoy el diario Financial Times, el acuerdo implica la devolución completa a los gobiernos de Londres y La Haya de esa cantidad, aunque en condiciones menos gravosas que las que rechazaron mayoritariamente en referéndum, el pasado marzo, los ciudadanos islandeses.

El ministro británico de Finanzas, George Osborne, dijo que el acuerdo contribuirá a mejorar las "glaciales" relaciones entre Londres y Reikiavik desde la quiebra en 2008 del sector bancario islandés, lo que causó pérdidas de miles de millones a los titulares de cuentas británicos y holandeses.

La resolución de ese conflicto se considera crucial para Islandia, señala el periódico, porque la disputa ha perturbado el programa de rescate económico con el Fondo Monetario Internacional y dificultado sus aspiraciones a ingresar en la Unión Europea.

El nuevo acuerdo debe ser aprobado por el Parlamento islandés y recibir el visto bueno del presidente del país, Olafur Ragnar Grimsson, que vetó el anterior y dio lugar así a la convocatoria del referéndum.

La principal concesión que se ha hecho a Islandia es rebajar los tipos de interés a un 3,3 por ciento en su endeudamiento con el Reino Unido y a un 3 por ciento en el caso de Holanda frente al 5,5 por ciento que exigía el primer acuerdo.

También se han establecido salvaguardas para garantizar que las devoluciones no superen en ningún momento el 5 por ciento de los ingresos del Gobierno islandés.

Según el nuevo acuerdo, el pago de intereses comenzaría desde el primer momento, mientras que la devolución del principal sería a partir de 2016 y a lo largo de un máximo de 37 años, aunque uno de los negociadores islandeses se mostró confiado en que se saldará la deuda mucho antes.

Más de 300.000 ciudadanos británicos y holandeses depositaron sus ahorros en el banco Icesave, atraídos por los altos intereses que prometía a los titulares de cuentas.

Tras la quiebra de Icesave, los gobiernos de Londres y La Haya los compensaron por las pérdidas sufridas sobre la base de que Islandia devolvería eventualmente ese dinero.