El Gobierno chino ordenó a las autoridades locales de todo el país que controlen los incrementos en el precio de los suelos, en otra iniciativa de Pekín para intentar atajar la burbuja en el sector inmobiliario que afecta al país.

La prensa oficial se hizo eco de un comunicado publicado por el Ministerio de Tierras y Recursos, en el que destacaba la "complicada" situación del sector, que había despertado la preocupación de la opinión pública.

"Las autoridades locales deben prestar atención a este tema (...) y virar con firmeza el excesivamente rápido crecimiento de los precios del suelo", apuntó el Ministerio.

Pekín también advirtió ante posibles acuerdos con promotores inmobiliarios que lleven a cabo operaciones de especulación con las tierras: cualquier subasta de suelo cuyo precio final supere en un 50% el precio previsto deberá ser reportada oficialmente al Gobierno central.

Del mismo modo, se abre la posibilidad de confiscar propiedades en el caso de proyectos inmobiliarios supuestamente destinados a rentas bajas que no cumplan los requisitos económicos básicos.

Oficialmente, el precio de la vivienda en China subió en noviembre un 7,7% respecto al mismo mes del año pasado, aunque otras estadísticas independientes elevan el encarecimiento hasta el 30%.

La enorme liquidez de capitales de China -causada por la facilidad de crédito de los bancos y el paquete de estímulo gubernamental que regó la economía- está causando burbujas especulativas, especialmente en el sector inmobiliario y bursátil.

Se calcula que el precio de la vivienda china es 27 veces superior al de los ingresos medios de los ciudadanos del país, y cinco veces superior a la media mundial, ya que la renta per cápita en China es de unos 1.500 dólares en las zonas urbanas, mientras que el metro cuadrado en Pekín supera los 3.000 dólares.