CUENTAN que la Tierra aparece hace unos 4.500 millones en medio de una extensa mezcla de nubes de gases como el hidrógeno, el cianuro de hidrógeno, el metano y el amoniaco, y llena de rocas y polvo en rotación surgidos en el Big-Bang, el cual se estima que tuvo lugar hace 13.700 millones de años más o menos.

Lo curioso del caso es que, según parece, en cuanto las condiciones empezaron a ser favorables surgió la vida ya que los primeros microfósiles datan de hace unos 3.500 millones de años. Sabemos dónde y cuándo se produjo el surgimiento de la vida, pero no sabemos con exactitud el cómo. Lo que sí hay son diversas teorías científicas o hipótesis tratando de explicar su origen.

Me sorprendió saber que los primeros seres vivos eran unicelulares y que poco a poco, a lo largo de la evolución, fueron diversificándose y dando seres cada vez más complejos gracias a la comunicación y colaboración entre las propias células.

Me parece fantástico que desde un inicio se nos pusiera de manifiesto que para crecer, progresar o prosperar es necesario comunicarse y colaborar. Empezó a tener sentido eso de "solo no puedo, con amigos sí". Por esto me gustaría detenerme un momento y alabar la "colaboración" como factor clave en el crecimiento de las empresas.

Pero para que aparezca la colaboración es necesario que exista con anterioridad la comunicación. La comunicación es un elemento fundamental en el desarrollo de las personas en particular y en las empresas en general, principalmente porque gracias a esa comunicación llega el entendimiento, y gracias a esa compenetración llega con facilidad la colaboración entre las distintas personas o departamentos.

No obstante, la comunicación no surge si no se dan determinadas circunstancias que la estimulen. He aquí unas cuantas:

1.- En primer lugar, la escucha activa. En el proceso comunicativo juega un papel primordial el saber escuchar, que no es otra cosa que entender la comunicación desde el punto de vista del que habla. Inclusive entendiendo los sentimientos latentes en la conversación.

2.- En segundo lugar, ser preciso y determinado. Ser concreto y directo es lo más honesto en la relación y provoca, sin querer, un mejor entendimiento entre las partes gracias precisamente a ser específico y a no irse por las ramas.

3.- En tercer lugar, un entorno adecuado. Parece mentira pero cuantas veces se nos puede ir todo al traste al haber elegido un momento inapropiado. De nada sirve un estilo adecuado y correcto si no hemos elegido bien el instante de la comunicación. Y por cierto, no es lo mismo si vamos a censurar o a elogiar un comportamiento. El primero debe hacerse a solas y el segundo en grupo a ser posible.

Si se da una buena comunicación entonces se están sentando las bases para una buena colaboración que permita trabajar en armonía a distintas personas con distintos pareceres y formas de ser. Pero, como siempre, son necesarios determinados ingredientes para que la colaboración aparezca.

Lo explica fenomenalmente bien el escritor americano Evan Rosen en su libro "The culture of collaboration" cuando nos habla de los diez elementos culturales que esten presentes en las empresas con un alto índice de colaboración. A saber:

-Confianza: para intercambiar ideas y crear algo con los demás, es necesario desarrollar la confianza.

-Compartir: acaparar información impide la libre circulación de las ideas y sabotea la colaboración. Compartiendo lo que sabemos estamos mejorando la creación colectiva por un orden de magnitud que hace que todo el mundo se sienta valioso.

-Objetivos: darse un tiempo para consensuar los objetivos al inicio de un proyecto de colaboración proporciona el ímpetu para compartir esa creación.

-Innovación: para innovar es necesario colaborar. El deseo de innovar acrecienta la colaboración.

-Ambiente: el entorno tiene un impacto directo en la innovación y en la colaboración.

-Caos: la colaboración efectiva necesita cierto grado de caos. Este "caos colaborativo" permite que surja lo inesperado, con lo que se obtienen retornos altos e interesantes.

-Confrontación: las grandes colaboraciones necesitan un intercambio de maneras de ver las cosas; lo que algunas veces significa una confrontación o una expresión de ideas candorosa. Quienes colaboran tienen que confrontar sus ideas hasta limar sus diferencias y hacer que su creación sea mejor.

-Comunicación: la colaboración está íntimamente ligada a la comunicación, tanto interpersonal como dentro de la organización.

-Grupo: sin un sentido colectivo perdemos confianza y comodidad. Por eso, la importancia del grupo debe estar presente para que se dé una colaboración efectiva.

-Valor: la primera razón por la que colaboramos es para crear valor, reduciendo el ciclo o el tiempo de desarrollo de un producto, creando un nuevo mercado, resolviendo un problema más rápidamente o aumentando las ventas.

Parece fácil esto de colaborar, pero no lo es. Nos cuesta mucho cooperar, ayudar, auxiliar, asociarse o ponernos a favor de la colaboración. Lo que tenemos que hacer es aprovechar hoy esta sustancia tan importante llamada colaboración para tener éxito, evolucionar y ser mejores de lo que hoy somos.

Según el premio Nobel de Física, el americano Sheldon Lee Glashow, sabemos más del futuro del planeta que del pasado. "La Tierra -dice- vivirá en paz unos miles de millones de años más y luego algo terrible ocurrirá cuando explote el Sol o la Luna choque contra la Tierra, ya que el universo se expandirá siempre".

Mientras tanto, yo recomiendo que vivamos el presente. Aprovechemos las enseñanzas del pasado y sumerjámonos en este mundo tan peculiar a vivir el ahora. Yo, si a usted no le importa, me quedo esta vez con el dicho del sabio de la película Kung Fu Panda cuando dice: "El ayer es historia, el futuro es un misterio; sin embargo el hoy es un regalo. Por eso lo llaman presente".

jmzanon@gmail.com