Con el objetivo de analizar la realidad y las posibilidades de futuro de la agricultura de las Islas, EL DÍA ha organizado esta semana un debate bajo el título genérico: "El campo, frente a la industria y los servicios".

Los invitados son el presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), Henry Sicilia Hernández; el alcalde de San Juan de la Rambla, Manuel Reyes Reyes; el presidente de la Asociación Industrial de Canarias (Asinca), Ramón Villalba González; la vicepresidenta de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), Esther Medina Rodríguez, y el secretario general de la Asociación de Supermercados de Canarias (Asuican), Alonso Fernández Hernández.

De entrada, Henry Sicilia aseguró que el campo canario "viene a sufrir lo mismo que han padecido todas las economías desarrolladas y que los profesionales en la materia denominan desagrarización. Eso implica la sustitución del sector agrario por actividades como la industria, aunque en el caso del Archipiélago se ha tendido más al turismo".

El abandono del campo también se acelera, añadió, por la falta de planificación de la Administración, "que tiene parte de responsabilidad en este asunto, ya que es la que se encarga de la normativa".

El presidente de Asaga resaltó que en los últimos 20 años "ha habido una serie de medidas que, si bien han sido buenas para la mayoría de los habitantes de esta tierra, han generado desequilibrios. Por ejemplo, las ayudas del Régimen Específico de Abastecimiento (REA) en ganadería han beneficiado a la industria".

"También nos hemos visto muy afectados por la competencia de terceros países, que llega a rozar lo desleal al no exigir Europa la misma normativa para producir, y por la entrada de productos ilegales por puertos y aeropuertos", indicó Sicilia, que citó otras limitaciones relacionadas con el agua o "la competencia por el suelo".

Insistió en que en las últimas dos décadas en las Islas "se ha dado más importancia a la opción de importar que a la de producir, y eso ha traído consigo el descenso que se aprecia en el Producto Interior Bruto (PIB) -del sector primario-, y tampoco se ha favorecido la concentración de la oferta como productores, sino que se han dado ayudas para seguir disgregando al sector. Se tendría que priorizar que nos unamos cada vez más".

"Reivindicamos nuestro protagonismo en la economía canaria; nos dedicamos a producir alimentos y eso es una necesidad, por lo que somos un sector estratégico para la población", remarcó el titular de la patronal del campo.

"Todos tenemos parte de responsabilidad, incluso como consumidores, en que se haya optado por que la despensa de Canarias dependa más del exterior que de lo que se produce aquí", admitió, pero recalcó que "hay un porvenir importante por delante" si se realiza una planificación adecuada.

Por su parte, Ramón Villalba expuso que el abandono que ha sufrido el campo "también ha ocurrido en otros sectores productivos, como el industrial", y argumentó que "tanto desde la iniciativa empresarial como por parte la población se ha preferido, durante un ciclo expansivo excesivamente largo, por empleos mejor retribuidos y cómodos desde el punto de vista de la calidad de vida".

Actividad estratégica

En su opinión, en un territorio como el canario, muy alejado de la plataforma continental y que depende mucho del transporte, el sector primario "es absolutamente estratégico. Es fundamental que Canarias tenga una actividad agraria que le de un mínimo de cobertura de autoabastecimiento. Una caída tan grande del campo en el PIB es un asunto que debe preocuparnos a todos".

El presidente de Asinca abogó por "entablar sinergias con el turismo" para aprovechar el consumo de más de 10 millones de visitantes cada año. "En un momento como éste -dijo-, en el que la construcción no será lo que fue, es muy importante fomentar el retorno al sector primario, algo que no es fácil y que también depende de la educación. Impulsando la formación, el campo es clave para recolocar el excedente laboral y reducir la tasa de paro juvenil, que supera el 40%".

Desde la óptica de las empresas de distribución de alimentación, Alonso Fernández hizo hincapié en que este subsector hace suyas "las mismas reivindicaciones" de la agricultura y la industria, pues afronta los mismos obstáculos ligados a la ultraperiferia y fragmentación del Archipiélago.

"Nosotros vendemos lo que producen o fabrican los dos sectores anteriores", subrayó el secretario general de la patronal de supermercados, que recordó que, según el último informe de la Fundación Tomillo, el comercio soporta el 50% de los costes totales derivados de la ultraperiferia canaria (6.000 millones de euros anuales).

"Hablamos de que el mero coste de llegar al mercado peninsular pone al plátano canario en desventaja respecto a otros productores, pero es la misma que sufre el comercializador cuando importa un producto y paga un sobrecoste de transporte", señaló Fernández.

Además, esgrimió un estudio encargado por el Gobierno de Canarias sobre el grado de penetración de los productos industriales locales en el mercado interior, que revela "posiciones de dominio", entendidas éstas como que muchos de los fabricantes isleños están -"afortunadamente", dijo- en el 100% de los establecimientos.

"Lo mismo ocurre -continuó el representante de los supermercados de las Islas- con el sector primario: hay leyes que prohiben la importación de determinados productos, lo que implica que aquello que se produce en Canarias tiene que ser comercializado aquí".

En este contexto, subrayó, "queda claro que la distribución comercial minorista apoya, comercializa y vende los productos del Archipiélago".

Capacidad productiva

Eso sí, matizó que, al hablar de autoabastecimiento, "se debería analizar la capacidad productiva del sector agrícola y del industrial respecto al consumo de los dos millones de habitantes que suma Canarias, para ver si ambos están en disposición de aumentarla", algo que en muchas ocasiones impide el planeamiento territorial y la habilitación de suelo. "No es por incapacidad, sino porque no se lo permiten", indicó al respecto.

En el ámbito de las sinergias a las que hizo referencia el titular de Asinca, la vicepresidenta de Ashotel señaló que esta patronal "siempre ha defendido el producto canario, que ha intentado potenciar entre sus asociados".

En este sentido, recordó los convenios firmados con la Consejería de Agricultura autonómica para promocionar el consumo de vino entre los clientes de los hoteles y apartamentos de las Islas, así como los premios que otorga Ashotel a los establecimientos que más empleen productos locales, que se exponen por su calidad diferenciada.

Además, Esther Medina indicó que, como para el resto de sectores, también para el turismo a menudo son más baratos los proveedores foráneos que los canarios.

En este sentido, la representante hotelera dijo echar de menos mayor acercamiento de los agricultores a los alojamientos turísticos: "Nunca ha existido un contacto directo, y cada uno se ha buscado la vida para acceder a los productos agrarios".

Respecto a la llamada "vuelta al campo", reivindicó que se forme a desempleados para facilitar su recolocación en el mercado de trabajo, y señaló que los propios hoteles consideran la habilitación de una huerta como un valor añadido a su oferta tradicional.

No obstante, a juicio del alcalde de San Juan de la Rambla, "en Canarias es muy difícil promover la miniagricultura", un punto de partida que obstaculiza las grandes comercializaciones.

Manuel Reyes explicó que su Ayuntamiento ha habilitado una bolsa de arrendadores y arrendatarios para que en los terrenos del municipio "se produzca, tal y como se hacía antes", pero que esta iniciativa choca con los bajos precios. "El campo ayuda a vivir a una familia, pero no permite vivir enteramente de él", sentenció.

"Hacemos lo imposible por que la juventud regrese a la agricultura, pero el gran problema es la compensación económica", y resaltó la paulatina reducción de los precios que perciben los productores de papas en San Juan de la Rambla. En consecuencia, se han reducido las cosechas en un subsector que, dijo, podría emplear a 8.000 trabajadores en Canarias.

Reyes demandó una política "coherente" por parte del Cabildo y el Gobierno autónomo "para garantizar unos precios mínimos al pequeño agricultor y así tener más producto local y menos paro".

"El comerciante tiene qué saber qué mercancía va a recibir en un determinado tiempo y el agricultor a quién va a vender su cosecha", subrayó el regidor municipal, que también reclamó una simplificación de la normativa territorial para facilitar el desarrollo agrario.

Alianzas intersectoriales

En respuesta a lo expuesto por Reyes, Sicilia defendió que la agricultura canaria cuenta con "grandes profesionales de la producción", aunque admitió carencias en el apartado de la comercialización y que falta coordinación con la demanda turística y con los empresarios de este sector para, por ejemplo, realizar una promoción conjunta con el plátano.

Además, abogó por diferenciar e identificar mejor los productos locales con logotipos que podrían compartirse con la industria.

En esta línea, Villalba afirmó que "desde el punto de vista de los productores de bienes, hay que impulsar sinergias entre sectores para colocar las producciones en el mercado".

Respecto a la marca única, coincidió con Sicilia en que agricultores e industriales deben ir de la mano en una futura fundación, que también estaría abierta a otras asociaciones. "El consumidor local debe demandar nuestros productos, y hay que llegar a él con mensajes claros", recomendó.

En su segunda intervención, el secretario general de Asuican reivindicó que se considere la agricultura "una actividad empresarial más" y que se desvincule del paisaje. Coincidió con Reyes en la conveniencia de concentrar y planificar las producciones en Canarias en función de la demanda, y también abogó por la "aproximación intersectorial" a la que obliga compartir el mismo mercado.

Medina abundó en la "apertura total" del sector turístico a las sinergias con otros sectores, y puso como ejemplo de ello la puesta en valor de la gastronomía.

El alcalde de San Juan de la Rambla, por último, instó a "no lamentarse" y confió en que la actual crisis económica facilite la negociación entre el sector público y el empresarial "para echar un capote a los canarios".

"El problema de Canarias es que, en un determinado momento, no vamos a encontrar qué comprar", advirtió el alcalde de San Juan de la Rambla durante el debate. Su apreciación entroncó con uno de los temas recurrentes de la charla: la posibilidad de que las Islas se autoabastezcan de alimentos. El presidente de Asaga señaló, en este sentido, que "la identidad de un territorio también viene dada por lo que se produce y por su paisaje" y resaltó la "necesidad" de que los niveles actuales de abastecimiento de proveedores locales aumenten.

El titular de Asinca explicó que en Canarias "no existe una gran capacidad de almacenamiento que dé esa cobertura necesaria" y dijo que los stocks "posiblemente, no lleguen a un mes", por lo que avisó de que "una crisis importante en el transporte tendría graves consecuencias".

El secretario general de Asuican argumentó que el último informe de la Fundación Tomillo "da cifras exactas del sobrecoste por estocaje de mercancías en Canarias" y recordó que en la Península el suministro de cualquier producto puede hacerse en 24 horas, máximo 48, y que a las Islas "lo más rápido que puede llegar es en una semana". Además, apuntó que los almacenes canarios pueden cubrir la demanda generada en las Islas durante un mes. "A los supermercados nos gustaría contar con almacenes más reducidos, pero para ello habría que tener una oferta de aprovisionamiento más cercana de garantías", aseveró.

Texto: MIGUEL ÁNGEL RUIZ Y JOSUÉ GARCÍA Fotos: JESÚS ADÁN