Segunda semana consecutiva de pérdidas del mercado nacional, el 1,25 por ciento, condicionadas por la desaceleración de la economía estadounidense y los problemas existentes con la deuda de los países de la periferia europea.

Mayo está demostrando sus peculiaridades y cumple a la perfección los dichos bursátiles anglosajones sobre la conveniencia de abandonar el mercado este mes y huir con el dinero, que contrastan con el refranero agrícola nacional (si en mayo no ves lodo, dalo por perdido todo).

Pese a la persecución continuada de algunos medios contra España y la credibilidad de sus estadísticas de deuda, el mercado nacional consiguió concluir la semana con unas pérdidas menores que otras plazas europeas.

Así, Milán perdió el 2,42 por ciento; Fráncfort, el 1,84 por ciento; el Euro Stoxx 50, el 1,4 por ciento, y París, el 0,7 por ciento, mientras que Londres consiguió ganar el 0,38 por ciento.

Los comentarios sobre la reestructuración de la deuda griega, las necesidades de ayuda financiera de Irlanda o la posibilidad de que la victoria del Partido Popular en las elecciones municipales y autonómicas que se celebran este domingo en España aflore más deuda, tensaron el mercado de bonos.

Así, la deuda a largo plazo española aumentó su rentabilidad del 5,26 al 5,48 por ciento esta semana, mientras que la prima de riesgo creció de 218 a 242 puntos básicos.

Pese a todo, la bolsa española aguantó con dignidad la semana, hasta que se produjo el derrumbe el viernes, con el vencimiento de derivados y la resaca de los malos datos de actividad estadounidenses, como la caída de las ventas de viviendas de segunda mano, de la actividad industrial o de los indicadores adelantados.

Estas estadísticas, la bajada del petróleo -el Brent descendió hasta 108 dólares, aunque acaba este período por encima de 112- y la marea de los comentarios de deuda propiciaron las ventas el último día de la semana, que determinó el resultado final.

En cuanto a la evolución semanal de las compañías del principal indicador del mercado nacional, el IBEX 35, bajaron treinta y una y subieron cuatro.

La mayor caída correspondió a Bankinter, el 9,18 por ciento, que el presidente del banco, Pedro Guerrero, achacaba en parte a las posiciones vendedoras de algunos inversores. Añadía que la valoración bursátil del banco no recogía "ni de lejos las plusvalías" de la entidad o de sus participadas, como Línea Directa.

A continuación se situó Sacyr, que bajó el 6,32 por ciento en este período, en el que celebró su junta de accionistas, que desveló los problemas existentes en el consejo y que aportó algo de luz sobre la refinanciación de la deuda contraída para comprar el 20 por ciento de Repsol, en tanto que Telecinco cedió el 3,82 por ciento.

Gamesa, que ha anunciado la creación de un fondo para invertir en otras energías renovables, lideró los avances del IBEX al subir el 3,09 por ciento, mientras que IAG ganó el 2,75 por ciento por la bajada del petróleo y por los resultados de Air France-KLM. Amadeus avanzó el 1,4 por ciento y Criteria, el 0,5 por ciento.

Todos los grandes valores acabaron la semana con pérdidas: Iberdrola, el 1,63 por ciento; BBVA, el 1,26 por ciento; Banco Santander, el 1,36 por ciento; Repsol, el 1,13 por ciento, y Telefónica, el 0,74 por ciento.

La próxima semana, en la que el IBEX partirá de 10.226,60 puntos, nivel que no registraba desde mediados de marzo pasado, los inversores estarán pendientes del dato del PIB estadounidense del primer trimestre, así como de estadísticas adelantadas de actividad industrial y del sector servicios en varios países europeos.