El sector sobre el que más culpas se han echado en la crisis actual, la construcción, es también el que más dificultades afronta cuando requiere un crédito. El 29,8% de las empresas del ramo vieron rechazada tal solicitud en 2010, frente al 25,8% de las industriales y el 22,8% de las prestadoras de servicios, según el INE. Y solo obtuvo parte de la financiación que pidieron otro 26,1% de las empresas de la construcción, lo que deja el porcentaje de éxito en el 44%, cuando en 2007 era del 80,2%. En la industria es del 53,5% y en los servicios del 51,7%.

"Evidentemente, las empresas del sector inmobiliario y de la construcción son las que más dificultades presentan y, por lo tanto, las que tienen más problemas en el acceso a la financiación", corrobora Pedro Alfonso. El elevado "stock" de viviendas construidas pendientes de vender "en un reducido mercado" y la elevada oferta inmobiliaria en manos de la propia banca son algunas de las claves para entender el cierre crediticio al sector, argumenta el secretario general de la CEOE-Tenerife, que también apunta a la escasez de crédito para los hogares y el alto endeudamiento de estos.

Las patronales de la construcción y la promoción inmobiliaria insisten en que el cierre crediticio está retrasando las posibilidades de recuperación del sector. Así lo señala la tinerfeña Fepeco, que remarca que este factor estrangula la demanda de viviendas en las Islas y frena tanto la absorción del "stock" actual como los proyectos de edificación. A nivel estatal, APCE considera que las entidades financieras "no están siendo solidarias ni se están comprometiendo con un sector que las ha ayudado a ganar en beneficio y crecimiento en los últimos años".