El Gobierno considera que la CEOE no ha permitido alcanzar un acuerdo en materia de negociación colectiva, después de que el pasado lunes volviera a presentar a los sindicatos unas propuestas de máximos que no tenían en cuenta lo que se había negociado hasta ese momento.

Según el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, hubiera sido mejor alcanzar un acuerdo antes de las elecciones porque cree que la nueva situación política ha tenido una influencia "clara" en la patronal.

Gómez, tras inaugurar una jornada sobre el desempleo juvenil en el Consejo Económico y Social (CES) consideró que "se equivocan" quienes piensan que es mejor que las reformas se queden sin hacer hasta que llegue otro Gobierno.

A su juicio, la llegada de un nuevo Ejecutivo es una "hipótesis" mientras que las reformas son una necesidad que mantienen a España lejos de los países que han necesitado rescate financiero de la Unión Europea.

Según el ministro, la reunión de la CEOE, CCOO y UGT el lunes 30 tendría que haber servido para ordenar las materias ya acordadas que servirían de base para que para que Trabajo las concretara en un texto normativo que aprobaría el Gobierno y sería remitido al Parlamento.

Sin embargo, la CEOE reivindicó mecanismos de flexibilidad interna para las empresas "absolutamente" sometidos a la libre decisión del empresario, según Gómez.

Además, respecto a los convenios colectivos, la CEOE exigió que dejaran de tener efecto en el momento en que expiren, eliminando así la prórroga automática de los mismos (la denominada "ultraactividad").

Al no alcanzar el acuerdo, el Gobierno, tal y como había anunciado, aprobará la reforma el próximo viernes.

El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, pidió al Ejecutivo que fuera prudente en su propuesta para no causar un "estropicio" aunque descartó la necesidad de recurrir a manifestaciones si la reforma no satisface a los sindicatos.

Respecto de la flexibilidad interna Toxo recordó que esta cuestión se incluyó en la negociación a propuesta de los sindicatos pero precisó que como alternativa a los despidos masivos, no como una vía a la vuelta a la "ley de la selva".

Toxo negó que los sindicatos pretendieran entrar en las pymes, sino que las empresas con menos de seis trabajadores sin representación sindical, tuvieran "algún sitio al que acudir" en caso de conflicto.

Sin embargo, el vicepresidente de la CEOE Javier Ferrer insistió en que la patronal no puede admitir mayor participación de los sindicatos en las decisiones de la empresa.

Ferrer admitió que se habían creado demasiadas expectativas respecto a los acuerdos a los que se podía llegar en el proceso de negociación y coincidió en que los enfrentamientos se debieron principalmente por la ultraactividad y la flexibilidad interna.

Pese al fracaso de la negociación, el ministro de Trabajo apeló a la patronal y a los sindicatos para que se vuelvan a reunir después del verano y tratar cuestiones concretas sobre la mediación y el arbitraje.

El Gobierno quiere encontrar un "ámbito intermedio" para evitar que muchas situaciones laborales terminen en los juzgados de lo social, señaló.

Sin embargo, Ferrer recordó que esta cuestión, al igual que lo relacionado con las mutuas de trabajo estaba ya muy avanzada en la negociación colectiva, por lo que vio innecesario volver a sentarse para hablar del mismo tema.

Para el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, más allá de lo que el Gobierno apruebe, hay aspectos que requerirán acuerdo entre sindicatos y patronal.