La crisis como una oportunidad para revisar el código de actuación y, sobre todo, de gestión de las entidades financieras fue el tema central de la conferencia que ofreció el pasado miércoles Mario Conde en el Real Casino de Tenerife. Poner de nuevo el foco en las personas y en la creación de riqueza, "que no dinero", debe ser el objetivo, recalca el exbanquero y empresario. Precisamente apela a las empresas para que guíen un programa de país que, señala en la entrevista que concedió ayer a EL DÍA, no tiene España.

A la vista de las medidas económicas que se están tomando en España, ¿se ha aprendido la lección de esta crisis e interpretado ésta como oportunidad?

Las medidas son más cosméticas que otra cosa. Hay una reducción del gasto público, pero no en las autonomías, y ése es un problema serio. Tampoco se ve la reforma laboral. Se dice que se toman medidas, pero se plasman en muy poco; lo que necesita la economía española es muchísimo más ajuste y, desgraciadamente, más duro.

Pero la Comisión Europea, aunque sigue apretando a España, parece relativamente satisfecha con lo que plantea el Gobierno...

Bruselas aprieta porque debemos dinero. Quiere que paguemos y no le preocupa tanto la economía española. Por tanto, las medidas que pide hay que saberlas enfocar: son para que le garanticemos ese pago. Lo que quieren los españoles no es eso, sino que la economía funcione. La supuesta tranquilidad de Bruselas se corresponde con una amplísima intranquilidad de los españoles.

¿No considera correcto que la reducción del déficit sea el epicentro de la política económica, a costa de recortes sociales?

Es necesario hacerla, pero ése no es el problema, sino fomentar el crecimiento. Y para ello necesitamos que los bancos presten y que haya una reforma laboral que funcione. Los bancos no están prestando porque tienen problemas de liquidez, y la reforma laboral no sale porque no hay acuerdo.

¿España puede crecer sobre una base distinta de aquella en la que se apoyó desde 1996?

Falta un plan estratégico de España. Hay planes de gobierno, pero no de país. Si yo tengo una empresa, ¿qué hago? Decido recortar costes aquí, ampliar allí, etcétera. ¿Hay una estrategia del modelo España, que defina qué podemos hacer en cada sector? Ese plan estratégico deberían hacerlo las organizaciones de la sociedad, básicamente a través de una planificación empresarial clara que guíe al Gobierno. No existe, y no sabemos qué seremos de mayores.

Por tanto, la clave no está en un pacto de Estado...

Eso es un acuerdo de políticos. Y mientras éstos se entienden y pactan, ¿qué pasa con la sociedad? El único pacto que me interesa es para la creación de empleo y el crecimiento económico, lo cual no han conseguido los políticos.

¿Qué parte de culpa cabe atribuir a la banca en esta crisis?

La culpa es de todos, pero más de la banca, que se metió en operaciones financieras en las que se ha perdido dinero y que no iban destinadas a crear riqueza, sino a eso que llaman riqueza financiera. Operaciones muy raritas que contrajeron sus balances e impiden prestar, financiar el circulante y, como consecuencia, llevan a la quiebra a muchas empresas. Aparte, los empresarios no hemos sabido aumentar el empleo en proporción a la población. Y la sociedad también es culpable. Si ha habido excesos inmobiliarios es porque mucha gente quería comprar pisos y especular. Se instaló la codicia, pero los políticos estaban encantados porque podían decirle al pueblo que crecía, que íbamos como una moto. Si en vez de eso hubieran trabajado las cosas habrían ido de otra manera.

¿Qué opina del papel del Banco de España en esta crisis? Parece intachable, sobre todo por su exigencia de provisiones anticíclicas a la banca...

El Banco de España conocía lo que estaba pasando con el crédito y los proyectos inmobiliarios y no dijo nada. Y si suponemos que no lo sabía, pues peor. La institución está en el eje de responsabilidad de todo lo que ha pasado con el sistema financiero. No ha evitado nada; ha estado en el origen del problema.

¿La reestructuración que se está ejecutando es lo que conviene hacer en el sistema financiero?

A las cajas las están llamando bancos, pero ¿es que los bancos no han creado problemas en el mundo? La solución es que el sistema vuelva a su misión, que es coger el ahorro de todos para financiar proyectos que creen riqueza, que no es lo mismo que dinero. Pero es complicado porque hay un problema de mentalidad, de financieros que no entienden este lenguaje. Es escandaloso que hoy, con cinco millones de parados y 500.000 empresas desaparecidas, los banqueros se suban el sueldo más de un 30% y algunos ganen 20 millones de euros.

¿La bancarización de las cajas arriesga su modelo social?

El modelo tradicional de las cajas ha funcionado mal porque los políticos decidían. Ha sido un problema de gestión del 50% del ahorro nacional. Pero como las cajas se conviertan en bancos y éstos pasen a manos extranjeras, ¿dónde se van a invertir esos fondos?

Canarias ve la salida de la crisis más cercana. ¿La urgencia por dejarla atrás puede hacer olvidar la diversificación, cuando ésta se considera necesaria?

En las épocas de bonanza los políticos olvidan todo. Canarias tiene más del 80% de su riqueza basada en el turismo, pero en este sector la competencia es creciente. Deberíamos aprovechar este crecimiento aparente, porque va a durar poco, para reflexionar sobre adónde va Canarias. Igual que en el país, ¿hay un plan estratégico? En Marruecos sí lo he visto.

Marruecos parte de más abajo...

Sí, pero con una idea más clara. Su gran ventaja es el coste de la mano de obra, pero, al mismo tiempo, tiene un planteamiento industrial potente y vende su imagen. Canarias debería airear las ventajas de instalarse aquí. Y ello requiere la unión de las fuerza sociales, no para dos años, sino para diez.