La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró hoy convencida de que Europa saldrá de la crisis reforzada, "tal y como lo ha hecho ya Alemania", gracias al "proceso controlado" articulado para Grecia en la cumbre de Bruselas, aunque recordó que es preciso "seguir esforzándose".

"Alemania dejó atrás la crisis y está mejor que antes", enfatizó la canciller, en su acostumbrada comparecencia ante los medios antes de las vacaciones estivales, centrada en esta ocasión en los resultados de la cumbre extraordinaria de la eurozona en la que se acordó el segundo rescate griego.

Merkel afirmó que se había logrado un acuerdo "equilibrado" para reconducir la crisis helena "de forma controlada" y ratificó que las medidas adoptadas debían considerarse como específicas para el caso de Grecia, que calificó de "excepcional".

A este respecto, la canciller descartó la participación del sector financiero privado europeo en otros eventuales rescates e insistió en que el griego era un "caso único" que no va a reeditarse.

Merkel elogió las reformas adoptadas tanto por el Gobierno de Atenas como el de Roma para hacer frente, desde las especificidades de cada caso, a la situación de sus respectivas deudas. Y aludió asimismo, en lo que respecta a España, al retraso de la edad de jubilación, de los 65 a los 67 años, aprobado ayer en Madrid.

La canciller, quien en los días pasados se vio sometida a fuertes presiones por haber retrasado la convocatoria de la cumbre de la eurozona, defendió su proceder, con el argumento de que "mi credo es tomar las decisiones adecuadas cuando éstas están maduras" y no antes.

Salió asimismo al paso a las recurrentes críticas sobre su presunta falta de convicción europea -o de dejarse llevar por egoísmos nacionales- y dijo ser "una apasionada europea", para matizar que se trataba de un "apasionamiento al estilo Merkel", en alusión a la característica sangre fría que se le atribuye.

La canciller, quien salió de la cumbre de Bruselas como vencedora al lograr imponer la implicación del sector privado en el rescate, se presentó en Berlín sin alardes de euforia y defendiendo que el resultado alcanzado era fruto de un consenso entre los 17 miembros de la eurozona, no de una imposición de unos socios sobre el resto.

Ya en el orden doméstico -oficialmente, el tema dominante de la comparecencia era extraer un balance de la gestión de su Gobierno, que en octubre alcanzará el ecuador de su legislatura- Merkel recalcó su intención de presentarse a la reelección, por encima del desgaste de popularidad que sufren tanto ella como el conjunto de su coalición.

"Me gusta este trabajo", afirmó, para agregar que no prevé que esto cambie "a corto plazo".

La coalición que dirige "trabaja satisfactoriamente", enfatizó Merkel, tras haber abierto su comparecencia incidiendo en la solidez de la economía alemana, el descenso continuado del desempleo y la consolidación presupuestaria como exponentes de la situación del país y relacionando esta evolución con el trabajo de su Gobierno.

Merkel salió asimismo al paso a varias preguntas sobre los disensos persistentes en el seno de su coalición con el Partido Liberal (FDP) y a tenor asimismo de la progresiva caída de sus popularidad, reflejada en los sondeos.

"Trabajé perfectamente bien con el anterior vicecanciller (el ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle) y lo mismo hago ahora con el actual vicecanciller (el titular de Economía, Philipp Rösler)", sentenció Merkel, en alusión al relevo de liderazgo al frente del FDP, a principios de año.

Westerwelle dejó la presidencia del FDP el pasado marzo, en medio de fuertes presiones internas por la continuada caída en los sondeos de su formación, tras lo cual tomó las riendas Rösler, que pasó así a asumir el cargo de vicecanciller.

El último sondeo difundido hoy por la cadena de televisión pública ARD apunta que, de celebrarse elecciones ahora, la vencedora sería una coalición entre socialdemócratas y verdes, que alcanzaría el 50 por ciento.

La Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU) y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) se situarían en el 33 por ciento y no podrían contar como socio con el FDP, ya que con un 4 por ciento quedaría relegado a partido extraparlamentario.