El Banco de España ha decidido esta tarde intervenir la Caja Mediterráneo (CAM), la entidad española con peor nivel de solvencia, para capitalizarla con la aportación de 2.800 millones de euros mediante la compra de acciones y abrir posteriormente un proceso para adjudicarla al mejor postor.

En un comunicado, el supervisor, encabezado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, anunció hoy que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) administrará a partir de mañana la caja de ahorros alicantina, tras la sustitución de su consejo de administración.

Ese órgano reconoció hoy la imposibilidad de encontrar de inmediato una solución viable para recapitalizar la CAM, después de que el Banco de España le hubiera dado ayer un plazo de diez días para presentarle un plan.

Con el objetivo de cubrir las necesidades de liquidez de la CAM, el Banco de España también le otorgará una línea de crédito por 3.000 millones de euros, con disponibilidad inmediata.

"Todas las medidas adoptadas hoy garantizan que la CAM pueda seguir operando con normalidad y cumpla con todas sus obligaciones frente a terceros", por lo que "los depositantes y los acreedores pueden estar absolutamente tranquilos", afirmó el supervisor.

Con esta decisión, el Banco de España ha intervenido ya tres cajas de ahorros desde que estalló la crisis financiera, la primera fue la Caja Castilla La Mancha (CCM) en marzo de 2009 y la segunda Cajasur en mayo de 2010.

La aportación de 2.800 millones del FROB permitirá a la CAM alcanzar un capital principal superior al 10 %, después de que las pruebas de resistencia de la banca europea publicadas el pasado viernes le otorgaran un capital principal de 1.468 millones de euros (el 3 %).

Esa tasa estaba muy por debajo del 5 % exigido para que aprobara el test de estrés y del 8 % que el Gobierno español pedía a todo el sistema financiero español.

La situación de la CAM se complicó el pasado 30 de marzo después de que Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura decidieran no seguir con su alianza con la entidad alicantina por su elevada morosidad, tras la reclasificación de créditos por valor de 5.000 millones de euros.