Wall Street abrió hoy en terreno negativo la primera jornada del cuarto trimestre del año, y media hora después del inicio de la sesión el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, descendía un 0,82 % tras conocerse que Grecia no podrá cumplir con sus compromisos presupuestarios.

Ese índice, que agrupa a treinta de las mayores empresas cotizadas de EEUU, restaba 89,76 puntos para situarse en 10.823,62, al tiempo que el selectivo S&P 500 perdía un 0,84 % (9,5 puntos) para colocarse en 1.121,92 y el índice compuesto del mercado Nasdaq descendía un 1,09 % (26,34 puntos) hasta 2.389,06.

Los inversores del parqué neoyorquino volvían a decantarse por las ventas en este arranque del último trimestre del año, después de que el viernes pasado el Dow Jones cerrase con un desplome acumulado del 12,09 % en el que supuso su peor trimestre desde la crisis financiera de 2008.

Las ventas de esta jornada venían determinadas, al igual que en las principales bolsas mundiales, por el reconocimiento el domingo por el Gobierno griego de que no cumplirá los objetivos de déficit marcados por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) al aprobar el borrador de los presupuestos generales para 2012.

La noticia despertó de nuevo los miedos a la crisis de deuda de la zona euro y provocó el ánimo vendedor de los inversores, que están también a la espera de que el Instituto de Gestión de Suministros difunda hoy su índice sobre la evolución del sector manufacturero de EEUU durante el mes pasado.

Así a esta hora la mayor parte de los componentes del Dow Jones se colocaban en terreno negativo, liderados por el productor de aluminio Alcoa (-3,24 %), el fabricante de maquinaria pesada Caterpillar (-2,61 %) y Coca-Cola (-2,65 %).

En el lado de los avances de ese índice destacaban la cadena Walmart (1 %) y la tecnológica Hewlett-Packard (0,89 %).

Fuera de ese índice la empresa de productos y servicios fotográficos Eastman Kodak se disparaba un 44,85 % después de que el viernes negase los rumores que aseguraban que estaba cerca de declararse en bancarrota, una posibilidad que hizo que sus acciones llegasen a desplomarse más del 60 % ese día e incluso vieran interrumpida su cotización temporalmente.

En otros mercados, el crudo de Texas bajaba a 77,59 dólares por barril, el oro ascendía a 1.659 dólares la onza, el dólar ganaba terreno frente al euro (que se cambiaba por 1,3310 dólares) y la rentabilidad de la deuda pública estadounidense a diez años retrocedía al 1,87 %.