Las dudas existentes sobre la continuidad de la moneda única y la presión ejercida por los inversores en el mercado de deuda afectaron hoy a la Bolsa española, que bajó el 0,36 por ciento, aunque mantuvo el nivel de 8.300 puntos.

Así, el índice de referencia de la Bolsa española, el IBEX 35, bajó 29,70 puntos, el 0,36 por ciento, hasta 8.310,90 puntos. Las pérdidas anuales aumentan hasta el 15,7 por ciento.

En Europa, con el euro en 1,36 dólares, bajaron París, el 0,34 por ciento, y Londres, el 0,28 por ciento. Subieron Milán, el 0,75 por ciento; Fráncfort, el 0,66 por ciento, y el índice Euro Stoxx, el 0,25 por ciento.

Después de la caída del 3,2 por ciento de Wall Street el miércoles y del mal comienzo del mercado de deuda, la Bolsa española comenzó el día con pérdidas superiores al 1 por ciento que la acercaban a 8.200 puntos.

Tras este descenso, en el que también influía la bajada del 1,7 por ciento de la producción industrial de Francia en septiembre, el mercado nacional reducía sus pérdidas.

Aunque la Comisión Europea recortaba la previsión de crecimiento española (una décima este año, hasta el 0,7 por ciento y ocho décimas el próximo, también hasta el 0,7 por ciento), la bolsa escapaba de las pérdidas con la mejoría del mercado de deuda y superaba el nivel de 8.400 puntos.

La venta de 5.000 millones de euros en letras a un año por Italia contribuía a este cambio de tendencia, mientras se entremezclaban las declaraciones políticas sobre el proyecto europeo.

Mientras se retomaba la idea de una "Europa a dos velocidades", se conocían declaraciones contrarias a esta premisa, como la del portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert; el presidente del eurogrupo, Jean-Claude Juncker, o el consejero del Banco Central Europeo Juergen Stark.

Con la bolsa en positivo se conocía que Lucas Papademos era designado primer ministro de Grecia y seguía el debate sobre el sucesor de Berlusconi en Italia.

Los datos estadounidenses, como la reducción del déficit comercial, el descenso del 0,6 por ciento de los precios de las importaciones en octubre y el recorte de las peticiones semanales de subsidios de desempleo (de 400.000 a 390.000) animaron al mercado antes de la apertura de Wall Street.

La mengua de las ganancias del mercado neoyorquino, más del 1 por ciento al comienzo de la sesión, arrastraron a la Bolsa española, que volvió a registrar pérdidas.

La posterior recuperación del parqué estadounidense, mientras el euro subía a 1,365 dólares (abrió a menos de 1,35) y el petróleo Brent avanzaba hasta 114 dólares por barril, tres más que en la apertura, limitó la caída final del mercado nacional.

De los grandes valores bajaron Repsol, el 1,85 por ciento, después de comunicar que su beneficio hasta septiembre subió el 6,4 por ciento; BBVA, el 0,49 por ciento, e Iberdrola, el 0,33 por ciento. Subieron Telefónica, el 0,36 por ciento y Banco Santander, el 0,04 por ciento.

La mayor caída del IBEX correspondió a Amadeus, el 2,94 por ciento, después de anunciar que había aumentado el 19,5 por ciento su resultado en los nueve primeros meses del año, seguida de Repsol y de Ebro Foods, que cedió el 1,6 por ciento, en tanto que Ferrovial bajó el 1,53 por ciento y ArcelorMittal, el 1,51 por ciento.

Caixabank comandó las ganancias del IBEX al subir el 2,91 por ciento, mientras que FCC gano el 1,15 por ciento y Abertis, el 1 por ciento.

Fergo Aisa liquidaba casi todas las ganancias de la víspera y lideraba las pérdidas del mercado continuo con un retroceso del 11,76 por ciento. Inmobiliaria del Sur presidía las ganancia con un alza del 8,36 por ciento.

Antes del cierre del mercado de deuda, el interés de la deuda a diez años española crecía cuatro centésimas y se situaba en el 5,83 por ciento, mientras que la prima de riesgo bajaba a 406 puntos básicos.

El efectivo negociado se situó en 3.938 millones de euros, de los que 2.150 fueron intermediados por inversores institucionales.