El envejecimiento de la población y el alto grado de abandono de los estudios de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años son dos de los factores que determinan los colectivos en los que habrá que invertir en los próximos años para frenar la exclusión social en España.

Así lo ha planteado hoy en la V Cumbre Mundial del Microcrédito, que se desarrolla en Valladolid hasta mañana, el director de la Obra Social y Relaciones Institucionales de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, la CECA, Carlos Balado.

Con un 30 por ciento de tasa de abandono de los estudios, una de las más altas de Europa, "una población muy alta va a estar excluida" y habrá que atender esta cuestión, así como el problema del envejecimiento, que necesitará de "recursos fiscales", según ha sostenido el responsable de la Obra Social de la CECA en uno de los miniplenarios de la pista española de la Cumbre.

Balado ha garantizado que, a pesar del cambio en el escenario de las entidades de ahorro -con fusiones y creación de bancos- y del difícil y cambiante "escenario de acceso al crédito", van a mantener la inversión social.

"La inversión social es tan beneficiosa como la económica", ha argumentado el director de la Obra Social de la CECA, para quien el crecimiento económico no es suficiente para solucionar los problemas sociales y la desigualdad pero "resolviendo el problema de la desigualdad se ayuda al crecimiento económico".

Según la evaluación de las inversiones realizada por la Confederación Española de Cajas de Ahorro, cada euro en obra social -1.400 millones en 2010- genera otro euro en términos de riqueza, y cada millón de euros permite la creación de veinte empleos.

A su juicio, los microcréditos son "insuficientes" como herramienta que haga frente a la exclusión social, cuando en el último año más de diez millones de personas están en riesgo de exclusión social y pobreza en España, "y esto no lo arreglan ni las instituciones de crédito ni los estados, sino que requiere de un esfuerzo general de la sociedad civil".

"Más allá de los microcréditos hay que estudiar las capacidades para generar recursos y riqueza", ha planteado.

Son las cajas de ahorros las que han llevado el peso de los microcréditos en España, según ha explicado Balado, quien ha recordado que en el 2010, y tras llegar al máximo techo en el 2008, las cajas concedieron 7,8 millones de euros en 707 operaciones, con una media de 11.000 euros en cada caso y un tipo de interés medio de un 4,33.

El 67,1 por ciento de las operaciones se dirigieron al autoempleo o a emprendedores y un 27 por ciento a la cobertura de necesidades familiares, con 45 por ciento de los clientes pertenecientes al colectivo de inmigrantes, un 25,83 por ciento de jóvenes y un 8,83 por ciento de desempleados.