Las bolsas europeas vivieron hoy una jornada negativa por las dificultades de la zona euro, sin que siquiera pudiera salvarse el parqué español tras la abrumadora victoria del conservador Partido Popular en las elecciones generales de ayer.

Así, el principal indicador del mercado continuo español, el IBEX-35, sufrió la mayor caída del mes de noviembre y bajó un 3,48 por ciento, hasta los 8.021 puntos, mientras la prima de riesgo subía a 464 puntos básicos, por encima de los 441 puntos del pasado viernes.

El resto de bolsas europeas también sufrió caídas, que fueron del 3,41 por ciento en el caso de París, del 2,62 por ciento en el de Londres, del 3,35 por ciento en el de Fráncfort y del 4,74 por ciento en el de Milán.

En esta jornada, los mercados se centraron en los frentes que tiene abiertos la zona del euro, personificados en la oposición alemana a la creación de eurobonos y la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) se convierta en prestamista de última instancia de los gobiernos.

La precaria situación del Gobierno italiano, la posibilidad de que Francia sufra una rebaja en su calificación crediticia y el hecho de que el gabinete de unidad nacional de Grecia aún no haya garantizado por escrito que cumplirá sus compromisos eclipsaron el triunfo electoral del Partido Popular en España, a la espera de conocer cuáles serán las primeras medidas del nuevo Ejecutivo.

Tal y como señala John Hardy, estratega de Saxo Bank, la confusa situación provocada por Grecia e Italia ha minado la confianza y ha vuelto a demostrar que la estructura de la Unión Europea (UE) sigue siendo muy frágil.

Mientras Alemania o el BCE no muestren una posición más activa por lo que respecta a los eurobonos, prosigue el analista, parece probable que el riesgo de ruptura de la zona del euro aumente día a día.

Desde Inversis apuntan a más compras de deuda por parte del BCE como una manera de ganar tiempo, pero no como "la solución definitiva", dado que la posibilidad de que el Banco Central Europeo actúe como prestamista de última instancia para los gobiernos exigiría un cambio en los estatutos del organismo.

Esta solución, a la que se opone decididamente Alemania, aportaría una "capacidad de fuego" casi ilimitada y favorecería la estabilidad financiera, considera Hardy.

El departamento de análisis de Bankinter indica que la "hipoteca" impuesta por el ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi a su sucesor, Mario Monti, sobre las reformas pendientes en el país pasa también factura a las bolsas.

Además, los mercados están preocupados por la advertencia a Francia de la agencia de medición de riesgos Moody''s sobre una posible rebaja de su calificación, en caso de que persistan los altos costos de financiación de su deuda.

A las dificultades para cerrar o encauzar la crisis en la zona del euro se sumaba la incapacidad de la Cámara de Representantes de Estados Unidos para alcanzar un acuerdo sobre la reducción del déficit en 1,2 billones de dólares.

El estratega de Citi José Luis Martínez Campuzano destaca la velada amenaza lanzada por Berlusconi sobre Monti, al que ha advertido sobre "la fragilidad del nuevo Ejecutivo si va más allá de las medidas propuestas antes por su propio Gobierno".

En opinión de Martínez Campuzano, tanto los eurobonos como el apoyo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera o del Fondo Monetario Internacional (FMI) son "instrumentos válidos para un debate intelectual, pero están lejos de ser un instrumento definitivo contra la especulación".

Otro de los frentes que permanecía abierto era el de Atenas, desde donde la Comisión Europea (CE) aún no ha recibido las garantías por escrito de las fuerzas políticas griegas de que van a cumplir sus compromisos políticos y económicos a cambio de recibir el sexto tramo de ayuda internacional y el segundo rescate.

Grecia depende de la ayuda económica internacional para poder cumplir sus obligaciones financieras, pero el Eurogrupo ha bloqueado el desembolso del sexto tramo de ayuda, que asciende a 8.000 millones de euros, hasta tener por escrito dicho compromiso.