Bancos, cajas y cooperativas de crédito han cerrado 114 oficinas durante el último año en Canarias, el 8,1% de su red autonómica. Se trata del cuarto mayor recorte interanual del país y es consecuencia de la caída de ingresos derivada de la crisis y de la reestructuración del sistema financiero.

Esos ajustes de la red comercial han recibido un acelerón importante desde septiembre de 2010. Antes solo habían cerrado, en términos netos, 60 sucursales en las Islas. Un año después, el número de oficinas de las entidades de depósito se situaba en 1.290. A ellas habría que sumar las 19 de los establecimientos financieros de crédito (EFC), solo uno menos en términos interanuales.

Cabe reseñar que, después de las fusiones de cajas de ahorros y su integración en bancos, el regulador financiero no distingue entre esos dos tipos de entidades a la hora de publicar su información estadística, por lo que ya no es posible conocer la evolución particular de unas y otras.

En cifras absolutas, desde que el sistema alcanzó su red comercial más amplia, en septiembre de 2008, Canarias ha perdido 174 sucursales, el 11,9% de las contabilizadas entonces. Durante el tercer trimestre de este año echaron el cierre una treintena.

Por provincias, 11 de esas 30 estaban en Santa Cruz de Tenerife. Las otras 19 en Las Palmas, que también acumula más bajas en el último año, 69, que la provincia occidental (45). En total, la red en las islas occidentales se sitúa en 639 oficinas, mientras que en las orientales suma 651.

A nivel autonómico, solo Cataluña (-10,8%), Madrid y Castilla y León (-8,2% ambas) han registrado menos cierres de sucursales respecto a hace un año que Canarias. En el conjunto del país han "caído" 2.796, el 7,1% de la red. Este ajuste supone algo más de la mitad del acumulado desde 2008.

Esta mayor intensidad en la reestructuración de la oferta bancaria no parará aquí, según ha anunciado ya el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. No es suficiente haber disminuido el mapa de cajas de ahorros de 45 a 15 entidades.

El nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos, se encargará de acometer una segunda oleada de fusiones durante los próximos seis meses. Es una de las prioridades que ha establecido Rajoy, que ha mostrado su determinación en lograr entidades "rentables, fiables y solventes".

Para ello, Economía pondrá primero el acento en sanear los balances de las entidades mediante la venta de los inmuebles terminados en manos de la banca. El nuevo presidente no ha dudado en calificarlos de "activos tóxicos" que merman las posibilidades de financiación de las entidades en el mercado y que cuestionan la credibilidad de la deuda pública.

También el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, considera que el sistema todavía está sobredimensionado y necesita nuevos ajustes en un contexto de crisis en los mercados de financiación.

Los sindicatos advierten de las consecuencias que ello puede tener sobre las plantillas de bancos y cajas. Estiman que podría traducirse en 20.000 empleos menos tras cerrarse otras 7.000 oficinas.

Entre 2008 y 2010, último dato disponible, el número de trabajadores ha bajado en más de 14.500, hasta los 263.715, según el recuento del Banco de España.