Europa y Estados Unidos lanzaron hoy un mensaje de cauto optimismo sobre el futuro de la zona euro e incrementaron la presión en favor de acompañar los ajustes fiscales y las reformas europeas con un mayor respaldo financiero público.

El más abiertamente optimista fue el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que habló de "progresos excelentes" en la zona euro con la introducción de reformas estructurales importantes a cargo de los nuevos Gobiernos en los países con mayores problemas de deuda, Grecia, Portugal, Italia y España.

Con la prima de riesgo en sus niveles más bajos desde hace meses en Italia y España y utilizando como plataforma el Foro Económico Mundial de Davos, Draghi afirmó que estamos "en otro mundo" si se compara la situación actual con la que se vivía hace cinco meses.

"El nivel de progreso es excelente. Si miramos el progreso que han hecho los países de la zona del euro en ajuste fiscal e introducción de reformas estructurales, es increíble", dijo Draghi, que confía en que la cumbre que celebrarán los líderes europeos el día 30 arroje avances en la intensificación de la unión fiscal.

Draghi defendió la decisión del BCE en diciembre de inyectar liquidez para los próximos tres años, porque ha evitado una crisis del crédito, y advirtió de que los programas de rescate deben ser únicamente un mecanismo que evite que se produzcan accidentes.

El secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner, también acudió a Davos con un mensaje positivo acerca del impacto que han tenido las decisiones de los países periféricos para evitar una espiral de deuda que amenazaba de manera inmediata la existencia del euro y del proyecto de integración de la Unión Europea.

"Los nuevos Gobiernos están tomando medidas duras, a lo que hay que sumar que el Banco Central Europeo (BCE) está haciendo lo que los bancos centrales deben hacer (inyectar dinero para ayudar a reactivar la economía) y a que se ha procedido a un fortalecimiento del sector financiero", destacó el político estadounidense.

No obstante, Geithner indicó que el trabajo "está por terminar" y de que para ello hay que construir "un cortafuegos más sólido y más creíble que evite que el euro quede atrapado" en la crisis.

"Es la única manera de que Europa tenga éxito en su intento de mantenerse en pie y de seguir adelante con el proyecto del euro", agregó Geithner, que argumentó que en el fondo de la cuestión hay un elemento de voluntad política sin el cual no habrá solución.

"Construir un cortafuegos más sólido requerirá de un mayor compromiso de los (Gobiernos) europeos y creo que esto es algo que la mayoría de los europeos reconocen", dijo Geithner, en una invitación implícita a Alemania a que revise sus fórmulas para salir de la crisis, que no incluyen el estímulo económico y financiero.

El secretario del Tesoro afirmó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) puede jugar un papel decisivo para respaldar a las economías del euro que sufren una grave crisis de deuda, siempre que exista "la disposición y el compromiso político" de los Gobiernos de blindar financieramente al euro frente a los mercados.

"Quien únicamente habla de solucionar los problemas a través de la austeridad está interpretando mal el panorama general", dijo.

Mensaje dirigido a Berlín, que hoy volvió a rechazar la posibilidad de aumentar la ayuda a Grecia en el marco del segundo programa de rescate, después de que el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, sugiriera en Davos un incremento de las contribuciones, más allá de los 130.000 millones de euros acordados en la cumbre de octubre.

La respuesta la dio el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, que dijo no ver sentido alguno "a que cada semana se hable de poner más dinero" para Grecia por parte de los 17.

"Tiene que haber reciprocidad", afirmó el ministro, que negó que falte solidaridad europea, "ni mucho menos solidaridad alemana".

"Hemos puesto sumas gigantescas", dijo Westerwelle en Bruselas.

Más cerca de los argumentos alemanes se situó el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que en su intervención en Davos consideró que la inyección de liquidez "no es la cura final" a los problemas actuales que atraviesa la eurozona.

Guindos señaló que es necesario más compromiso de los Gobiernos de la zona del euro sobre la importancia de una disciplina fiscal y rechazó la idea de involucrar al Banco Central Europeo (BCE) en la quita de al menos el 50 % la deuda de Grecia en manos privadas.

El ministro español hizo hincapié en que es fundamental evitar los altos déficit públicos y los elevados niveles de deuda, y anunció que, en el marco de su programa de reformas, Madrid impondrá un déficit estructural del 0 % a las regiones para 2020.