El anuncio de renuncia a la reelección de Robert Zoellick al frente de la presidencia del Banco Mundial (BM) hoy ha abierto un proceso de sucesión cada vez más influido por países emergentes y que por tradición ocupa un estadounidense.

Zoellick, de 58 años, anunció hoy en un comunicado que no optará a la reelección como presidente del BM cuando agote su mandato de cinco años el 30 de junio, y aseguró que deja esa entidad multilateral "fuerte, saludable y bien posicionada para los nuevos desafíos".

El que fuera subsecretario de Estado con George W. Bush y alto cargo de Goldman Sachs fue nombrado presidente del BM en julio de 2007 en sustitución de Paul Wolfowitz, quien dejó la institución por un escándalo sentimental y favoritismo con una de sus subordinadas.

En un comunicado, Zoellick destacó que en su presidencia el BM "jugó un papel histórico durante la crisis económica mundial al proveer un récord de 247.000 millones de dólares para ayudar a países en desarrollo, apoyar el crecimiento y superar la pobreza".

Los fondos del BM, organismo que Zoellick considera ahora "más rápido, eficiente y abierto", son claves para países de África o Latinoamérica, que reciben ayudar al desarrollo en seguridad alimentaria, infraestructuras, educación, comercio, sanidad o medio ambiente.

Asimismo, Zoellick, el undécimo presidente del BM, recordó que en su mandato se acordó el primer incremento de capital de la entidad en más de 20 años gracias a la importante aportación, más de la mitad de los fondos, de los países en desarrollo.

"El BM ha reconocido que vivimos en un mundo de múltiples polos de crecimiento donde los conceptos tradicionales de Tercer Mundo están desfasados y donde los países en desarrollo tienen un papel clave", indicó Zoellick.

El proceso de selección que se abre con la salida de Zoellick estará marcado en el "pacto de caballeros" por el que tradicionalmente un estadounidense ocupa la presidencia del BM, mientras que un europeo detenta la dirección general del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La directora general del FMI, Christine Lagarde, fue una de las primeras en desear suerte en la nueva etapa que se abre para Zoellick, y señaló que "Bob" deja un "historial de logros de los que puede estar orgulloso", al tiempo que abogó por mantener las buenas relaciones con el BM cuando sea elegido un sucesor.

Los rumores en Washington apuntan a que la Casa Blanca, que tradicionalmente presenta al máximo responsable del BM, podría proponer al exsecretario del Tesoro Larry Summers, ahora profesor en la universidad de Harvard.

Como alternativas, se mencionan al actual secretario del Tesoro, Timothy Geithner, o la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que han sugerido que no repetirán en una hipotética reelección de Barack Obama como presidente de EEUU, pero que tienen previsto seguir al frente de sus cargos hasta la elecciones de noviembre.

Asociaciones sin ánimo de lucro como Oxfam pidieron hoy que el proceso de sucesión se haga con transparencia, basado en méritos y teniendo en cuenta a los países en desarrollo, ya que los fondos del BM opera en estas economías.

Con la dimisión de Dominique Strauss-Kahn al frente del FMI en mayo del año pasado al ser acusado de violación, los países emergentes elevaron como nunca antes su voz para cambiar el "pacto de caballeros" vigente desde el establecimiento del FMI y el BM en 1945.

Países como China, India o Brasil, con mayor peso en una economía mundial en crisis, que afecta especialmente a regiones ricas como Estados Unidos o Europa, quieren aumentar su aportación e influencia es estas instituciones con un papel cada vez más importante en la estabilidad global.

Hoy mismo, el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, dijo hoy que la decisión de Zoellick de no renovar su mandato debe animar a los países emergentes a presentar un candidato para disputar ese cargo.