El Gobierno y el principal partido de la oposición se mostraron ayer en contra del acuerdo agrícola entre la Unión Europea (UE) y Marruecos que se someterá hoy a votación en el pleno de la Eurocámara, pero se reprocharon mutuamente la responsabilidad de no haber impedido su consecución.

En esta línea, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio ambiente, Miguel Arias Cañete, afirmó que fue el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero quien "dio su visto bueno" al acuerdo en 2010, mientras que la diputada del Grupo Parlamentario Socialista María José Rodríguez recriminó al Ejecutivo que haya tenido mayor "contundencia" en el caso de los "guiñoles" franceses que contra el pacto con Rabat.

Esta misma situación se reprodujo entre las eurodiputadas españolas Esther Herranz (PPE) y Pepa Andrés (S&D), que participaron ayer en una sesión de "Los debates de Euroefe" organizada en Estrasburgo, y en la que el director de la oficina de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Bruselas, Pedro Narro, les exigió el abandono de "guerras políticas" que en nada favorecen a los agricultores.

Mientras, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, reclamó ayer la retirada del nuevo Tratado Agrícola de la UE con Marruecos "en los términos en los que se ha redactado", así como su revisión para atender los intereses de los productores de las islas.

Por su parte, el portavoz de la patronal tomatera Fedex, Roberto Goiriz, resaltó el rechazo al documento expresado por todos los eurodiputados españoles.