El Congreso de los Diputados aprobó ayer con amplio apoyo de la oposición la reforma financiera que anunció el Gobierno hace dos semanas y que contó con el respaldo del PSOE, CiU, Coalición Canaria, UPN y Foro Ciudadano, además del grupo parlamentario popular.

El real decreto ley para sanear el sector financiero obligará a la banca a cubrir en unos 52.000 millones más su exposición al riesgo inmobiliario, una medida que el ministro de Economía, Luis de Guindos, ve "indispensable" para que fluya el crédito, la economía se recupere y se cree empleo.

El texto recibió 303 votos a favor de 337 diputados asistentes y la abstención de seis diputados, uno del PSOE y los otros cinco del PNV, a pesar de arrancar el compromiso del Gobierno de que la norma no invadirá competencias autonómicas.

Mientras, solo 28 diputados votaron en contra: los de IU-ICV-CHA, UPyD, Amaiur, ERC, BNG, Geroa Bai y Compromís.

Tras la convalidación del decreto, que no será tramitado como proyecto de ley, De Guindos mostró su satisfacción por el amplio apoyo recibido que, en su opinión, es una señal "muy positiva" para los mercados del respaldo del Gobierno ante la "gravedad" de la situación.

Durante su intervención en el pleno del Congreso, De Guindos insistió en su idea de que con el saneamiento que se exige a la banca, ésta volverá a acceder a los mercados de financiación y así volverá a fluir el crédito. También defendió que saldrán a la venta viviendas más baratas. Sin embargo, casi todos los grupos le advirtieron de que se puede crear "un oligopolio financiero de grandes entidades, pero con mayor aversión al riesgo y menor disposición a dar créditos".

Al fin y al cabo, los diputados de la Cámara baja coincidieron en que es imprescindible que fluya el crédito para que la economía remonte y se cree empleo.

El diputado socialista Valeriano Gómez advirtió de que si la economía no deja de empeorar, ni ésta ni las anteriores reformas serán suficientes "para salir de este inmenso atolladero", aunque el Grupo Socialista apoyó la medida al creer que es una continuación de las del pasado Gobierno.

La misma idea por la que Coalición Canaria votó a favor, y también el argumento de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) para rechazar el texto, basándose en que la anterior reforma financiera "no ha servido para nada".