El primer ministro británico, David Cameron, ha saludado este martes el acuerdo alcanzado por los países de la eurozona sobre el segundo rescate a Grecia al considerar que era imprescindible para "evitar el contagio" de la crisis griega.

En una rueda de prensa junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Cameron ha confirmado la necesidad de que ahora la Eurozona adopte las medidas necesarias para "crear crecimiento", con acciones como las incluidas en la carta suscrita junto a otros once líderes ante la cumbre de los próximos 1 y 2 de marzo en Bruselas.

Cameron se ha mostrado "encantado" de que España se sumase a una iniciativa que no contó con la rúbrica de los jefes de Gobierno de Francia y Alemania. Una ausencia sobre la que el ''premier'' ha recordado que la misiva, remitida a los presidentes del Consejo y de la Comisión Europea, "estaba abierta".

En esa carta, una docena de países europeos piden reforzar el mercado interior y liberalizar el sector servicios; crear un mercado único digital en 2015; completar el mercado energético único en 2014; impulsar la investigación, el desarrollo y la innovación; concluir acuerdos de liberalización comercial con EEUU y los países emergentes; reducir la burocracia; flexibilizar los mercados laborales y estabilizar el sector financiero.

Rajoy ha indicado que la carta no supone "un frente contra nadie" y que la idea fundamental de quienes la suscribieron es que "se necesita austeridad", una política monetaria ajustada y, principalmente, reformas. "Es tiempo de impulso", ha reivindicado el presidente español, que ha apelado a los socios comunitarios a tener el "coraje para trabajar" y activar las medidas necesarias. REFORMAS EN ESPAÑA

Rajoy se sumó a esa carta porque las propuestas son "buenas", ya que ante la crisis que asola Europa "se necesita austeridad". En este sentido, tomó la oportunidad de reivindicar ante Cameron las afrontadas en España, un proceso aplaudido por el primer ministro como "esencial" para la Eurozona. Una vez erigido el cortafuegos para evitar el contagio griego, según el ''premier'', la receta continúa con "medidas fiscales duras y acometer una reducción de gasto público".

Dos instrumentos a los que Rajoy atribuyó el empleo y el crecimiento y que invocan a la disciplina presupuestaria, las reformas estructurales y medidas monetarias. Sin embargo, estas aspiraciones tienen "mucho pendiente", como prueba el hecho de que, más de medio siglo después de la firma del Tratado de Roma, los objetivos con los que se pusieron los cimientos de la actual Unión Europea "no estén completos". "Hay que ir por ahí", subrayó.

Por ello, saludó los lazos que potencialmente se han establecido en su primer encuentro con David Cameron, definido por fuentes de Moncloa como "muy satisfactorio", por la capacidad de establecer una agenda común que, para Rajoy, ofrece la posibilidad de contar con "relaciones mejores si cabe en el futuro".

Durante el almuerzo mantenido con Rajoy, Cameron se mostró seguro de que el PP ganará las próximas elecciones en Andalucía, han informado fuentes de Moncloa.

IRÁN

Los dos líderes ampliaron el escenario de acuerdo a otros ámbitos del panorama global, como el embargo a Irán, una decisión ante la que Cameron rindió "tributo" a España como un "paso positivo" para mostrar al régimen que "debe cambiar el curso" y que la esfera internacional está "comprometida a adoptar sanciones".

Un posicionamiento corroborado por Rajoy, que avanzó que, aprovechando la Conferencia de Somalia que se celebra este jueves en Londres, sus respectivos titulares de Exteriores evaluarán la situación y, el español confirmará que España "estará siempre con sus aliados".

Tras la rueda de prensa, ambos mandatarios se desplazaron hasta una de las estación de Westbourne Park para visitar las obras de Crossrail, un ambicioso proyecto ferroviario en el que participan tres empresas españolas: Ferrovial, Dragados (ACS) y FCC.

Posteriormente, y antes de regresar a Madrid, el presidente del Gobierno se trasladó a la Embajada de España en la capital británica, donde se reunió con el viceprimer ministro de Reino Unido, el liberaldemócrata Nick Clegg.