La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) pidió hoy que las reformas estructurales de los Gobiernos no reduzcan la capacidad de generar empleo, al recordar que los 200 millones de desempleados que han causado las últimas crisis económicas suponen un "coste social enorme".

"Debemos aplicar todas las medidas posibles para evitar que esta crisis se traduzca en un ''generación perdida", dijo el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, al presentar un informe en México.

El documento, titulado "Apostando por el crecimiento. Las reformas estructurales pueden marcar la diferencia", es un análisis anual de las reformas estructurales acometidas en los países de la organización y en otras naciones en desarrollo.

En su exposición, Gurría, de nacionalidad mexicana, alertó del peligroso cóctel que representa un bajo crecimiento, un alto desempleo y una gran desigualdad.

Agregó que las crisis recientes han generado en todo el mundo unos 200 millones de desempleados, de los cuales 45 han sido en los 34 países miembros de la OCDE.

"La situación es particularmente trágica en lo que respecta al desempleo juvenil, que alcanza un promedio del 20 por ciento y en países como España llega a casi el 50 por ciento", agregó Gurría.

El desempleo que ha generado la crisis, añadió, ha golpeado especialmente a los jóvenes, a los hombres y a las personas con poca preparación.

El informe de la OCDE, presentado antes del inicio en la capital de México de la reunión de ministros de Finanzas del G20 y de otras naciones invitadas, recomienda una serie de acciones para reformas estructurales que incluyen medidas económicas y educativas, entre otras.

"Tenemos que procurar que las medidas actuales de consolidación fiscal no afecten las políticas orientadas a mejorar la capacidad de crear empleos", sostuvo Gurría en el discurso de presentación escrito del informe que sirvió de base para su exposición oral.

En este sentido, "consideramos ejemplar la decisión adoptada por el Gobierno español de aumentar de manera importante y en forma permanente los recursos del servicio público de empleo y facilitar la colocación de los desempleados a través de empresas especializadas en el sector privado", agregó.

Gurría destacó el cumplimiento de las distintas naciones de las recomendaciones de la OCDE sobre reformas estructurales, y resaltó que los que han tenido mejor cumplimiento han sido Grecia, España, Irlanda y Portugal, precisamente "los que han tenido mayores problemas".

De Grecia, mencionó la reducción de las prestaciones para quienes se jubilen antes de los 65 años, y de España resaltó la disminución de las indemnizaciones por despido y la simplificación de la negociación colectiva.

De acuerdo con Gurría, la crisis reciente ha servido como catalizador para aplicar reformas estructurales en los países de la OCDE, y calificó de "exagerados" los temores de que estas puedan reducir la actividad económica a corto plazo.

"Las crisis ofrecen una oportunidad singular para instrumentar reformas difíciles y esta es una ocasión que no debemos aprovechar", insistió.

También resaltó la necesidad de tener una "estrategia de comunicación eficaz" para que las nuevas medidas cuenten con apoyo popular.

Según Gurría, las hipótesis más pesimistas sobre el desarrollo de la crisis podrían evitarse "si se mantienen las políticas monetarias de apoyo, se contienen los problemas de la deuda soberana y del sector bancario en la zona euro y se modera la presión fiscal en los países donde ésta podría aplicarse gradualmente, como en el caso de EEUU".

El secretario general de la OCDE destacó que "es posible imaginar un escenario más optimista, pero para eso sería imprescindible aplicar medidas políticas audaces, ejercer claros liderazgos y lograr mayor cooperación internacional".