Las grandes inmobiliarias lograron reducir en 2011 sus números rojos a la mitad, un periodo en el que, sin embargo, llegaron a perder más de 1.000 millones de euros y acumularon una deuda en el entorno de los 20.000 millones de euros, según datos recogidos por EFE.

La incertidumbre económica, el deterioro de los activos, la caída de los ingresos y el desplome de las ventas, especialmente en España, han lastrado la cifra de negocio de las grandes inmobiliarias españolas, que se redujo el pasado año un 44 % con respecto a 2010.

En concreto, las inmobiliarias facturaron 2.005 millones a cierre de 2011, una cifra que contrasta con los 3.600 millones logrados un año antes.

En esta ocasión, el número de inmobiliarias que han presentado pérdidas en el periodo se ha reducido a cinco empresas desde las siete que presentaron números rojos en 2010.

Más de tres años después de que estallara la "burbuja" inmobiliaria, Colonial y Renta Corporación han logrado dejar atrás las pérdidas y han retomado la senda de beneficios por primera vez desde el inicio de la crisis, lo que ha servido para compensar las cifras negativas que registró el sector en 2010.

Así, Colonial obtuvo un beneficio 15 millones en 2011, una cifra que contrasta con las pérdidas de 739 millones que logró un año antes, gracias a la estabilización del negocio estratégico, que no fue suficiente para reducir su endeudamiento, que se mantiene por encima de los 3.300 millones.

Renta Corporación, también cerró el año en números positivos tras ganar 3,3 millones apoyada por el fuerte incremento de los ingresos.

Realia, participada por FCC y Bankia, logró mejorar su beneficio un 11 % hasta los 1,2 millones gracias a los ingresos de la actividad patrimonial, particularmente de su filial francesa y a la rotación de activos, aunque acumula una deuda superior a los 2.000 millones.

Por su parte, Testa, la filial de patrimonio del grupo Sacyr Vallehermoso, mejoró sus cuentas un 18 % hasta los 72,5 millones.

Las mayores pérdidas las ha vuelto a protagonizar Martinsa Fadesa, que aunque ha reducido sus números rojos, ha registrado un resultado negativo de 496 millones por las provisiones y amortizaciones originadas tras el deterioro de sus activos y los gastos financieros devengados de su deuda concursal.

La inmobiliaria, que logró superar en marzo de 2011 el mayor concurso de acreedores de la historia de España, es además una de las más endeudadas, con un pasivo que supera los 4.000 millones.

Reyal Urbis también mejoró sus cifras a pesar de que perdió 374,4 millones en 2011, un 1,2 % menos, en un ejercicio en el que la facturación se hundió un 65,1 % hasta los 267,9 millones y la deuda -que negocia actualmente con la banca- se situó en el entorno de los 3.600 millones.

Otra de las inmobiliarias que consiguió reducir sus pérdidas en el periodo fue Quabit, que las recortó un 17,1 % hasta los 96,4 millones, gracias a varias operaciones. La firma inició el pasado año la reestructuración de la deuda, que asciende a más de 1.300 millones.

En el lado contrario se situó Metrovacesa, que incrementó un 60 % sus pérdidas hasta los 144,7 millones con una cifra de negocio que descendió un 36 %, perjudicada por la caída de la actividad de promoción residencial. La inmobiliaria es además la más endeudada, con un importe que ronda los 5.000 millones.

Por su parte, Vallehermoso, también del grupo Sacyr, multiplicó por dos sus pérdidas hasta los 92 millones.