Martin Kaplan, exvicepresidente de producción de Walt Disney Studios, una de las principales compañías de la industria mundial del entretenimiento, ha advertido de que España debe decidir si quiere o no el tipo de turismo y ocio que conllevará Eurovegas, el complejo que promueve el magnate Sheldon Adelson.

Kaplan, que ha visitado Barcelona para participar en la celebración del décimo aniversario de la Fundación Barcelona Media y hablar sobre la transformación de la industria del entretenimiento, ha manifestado que personalmente cree que "hay mejores formas de ayudar a la economía" de un país que apostar por un complejo turístico con gran presencia de la industria del juego.

Este exdirectivo y guionista de Disney, que trabajó para la compañía de Burbank durante doce años y es una gran conocedor del funcionamiento interno de las corporaciones del "show business", ha explicado que Adelson, como haría cualquier otro empresario interesado, está jugando la carta del empleo para convencer a los gobiernos locales y a la sociedad en general de los beneficios del proyecto, y acepten incluso sus peticiones para cambiar leyes.

No obstante, Kaplan advierte de que no se trata sólo de las formas de negociar de Adelson, sino en general de la industria entorno al juego, una de las más potentes a la hora de generar ingresos.

"La pregunta es si Madrid o Barcelona quieren esta industria o no, porque ya sea Adelson o Steve Wynn, otro de los ''big name'' de Las vegas, el que financie un complejo similar, lo que tiene que decidir España no es el nombre del millonario que está detrás, sino si apuesta por este modelo", reafirma.

En este sentido, Kaplan ha negado que estos macrocomplejos de ocio, donde los casinos tienen un papel preeminente, sean un ejemplo más del colonialismo de EEUU en materia de entretenimiento. "El juego es un fenómeno mundial, de hecho, el proyecto del complejo en España lo podría plantear también un empresario de Macao y no Adelson", afirma el exdirectivo de Disney.

El magnate Sheldon Adelson ha sido el principal financiador de la campaña del candidato ultraconservador a la presidencia de EEUU Newt Gingrich.

En este sentido, Kaplan, que también estuvo vinculado a la política en los años ochenta -fue escritor de algunos de los discursos del vicepresidente Walter Mondale durante la administración Carter-, cree que la carrera de los republicanos para hacerse con la candidatura a la presidencia está siendo un verdadero show de entretenimiento.

"Todos los debates sobre estos candidatos podrían ser un show de televisión, uno por cada uno de ellos, para tener audiencia y ganar dinero con los anuncios", asegura Kaplan, fundador del centro Norman Lear Center especializado en el impacto social de los medios de entretenimiento.

Sobre las posibilidades del presidente Obama de salir reelegido, Kaplan ha reconocido que su principal baza es en estos momentos la debilidad de sus oponentes republicanos y el espectáculo que están protagonizando por hacerse con la candidatura del partido.

"Hay mucha gente que se enamoró de Obama, pero una vez elegido rompió bastantes corazones porque no fue el luchador apasionado que aparentaba; quiso trabajar con la oposición, obtener un compromiso, pero ellos sólo querían destruirle; cuántas veces le tuvieron que abofetear en la mejilla para que se diera cuenta", se ha preguntado Kaplan.

"Ahora -afirma este experto en comunicación-, Obama ha vuelto a saltar a la arena pública con la misma pasión de antes, pero la pregunta que le hacen muchos es: ¿dónde has estado hasta ahora?", asegura.