El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, anunció ayer que el proceso en curso de subastas de entidades financieras se va a acelerar "muchísimo en los próximos días, en las próximas semanas", con una referencia expresa a los casos de Banco de Valencia y CatalunyaCaixa.

"Es muy importante acortar los plazos y transmitir la señal de que se avanza de una forma decidida, rápida en el saneamiento de las entidades, especialmente en aquellas que han tenido más dificultades", dijo el ministro.

Por eso, en su intervención en el Foro ABC, organizado por el diario en colaboración con Ferrovial y Deloitte, De Guindos avanzó que el proceso de salida del Estado del capital de Banco de Valencia y CatalunyaCaixa se va a acelerar.

Algunos interesados en Banco de Valencia llevan un mes esperando la subasta de la entidad, para la que apenas hay recursos en el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de la banca que permitan ofrecer al comprador garantías que cubran futuras pérdidas.

En el caso de CatalunyaCaixa, sin embargo, se pensaba que la subasta se produciría después del verano, aunque esa idea perdió fuerza en cuanto la entidad pidió a finales de la semana pasada que su puja fuera "antes".

Críticas de la AEB

Tras las declaraciones del ministro, la duda sigue siendo qué pasará con Novagalicia, que busca inversores privados a contrarreloj para evitar ser subastada e incluso, según fuentes financieras, ha planteado la opción de vender hasta un 40% de la participación que controla el Estado.

Igualmente, también se mantiene la incertidumbre de si la banca tendrá que ampliar sus aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos para que éste ofrezca un esquema de garantía que haga más fácil la venta de CatalunyaCaixa o si el Gobierno accederá a prestar algún tipo de ayuda pública.

Hay que recordar que el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, ya pidió el pasado martes al Gobierno que aclare quién pagará la reestructuración financiera, porque, en su opinión, es necesario resolver esta incógnita para concluir con un proceso que ahora no tiene un "rumbo preciso". Consideró que después de la consolidación bancaria española tendrá que venir una en el ámbito europeo, con lo que el proceso se puede alargar entre cinco o seis años, y sólo se podrá considerar un éxito si las entidades viables salen reforzadas.

Entretanto, el acuerdo de integración entre Caixabank y Banca Cívica, de la que forma parte CajaCanarias, sigue su curso.