La miel de Tenerife y el gofio canario gozan ya de la protección nacional transitoria a la Denominación de Origen Protegida y a la Indicación Geográfica Protegida, respectivamente, un reconocimiento del que también disfrutan las papas antiguas y el plátano de Canarias. El siguiente paso es que las autoridades europeas tramiten la protección de estos productos.

Estos sellos, solicitados por los productores y tramitados por el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria, suponen que solo la producción isleña obtenida bajo los controles y certificación requeridos podrá comercializarse aludiendo a las Islas.

El presidente de la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten), Juan Jesús Ramos, y el vicepresidente de la Asociación de Productores de Gofio de Canarias y director comercial de La Molineta, José Luis García, coinciden en que este reconocimiento es un gran avance para estos productos, que gozarán de mayor prestigio y calidad.

"Este apoyo otorga una medalla de oro al producto, que reúne cualidades que no se hallan en otras mieles que se comercializan en todo el mundo", destacó Ramos.

José Luis García, por su parte, explicó que a través de este sello de calidad estarán controlados todos los productores de gofio que se acojan al mismo.

Asimismo, tienen la esperanza de que esta protección evite la competencia y los posibles fraudes, al mismo tiempo que permita ofrecer al usuario un producto con un origen y calidad diferenciados, además de crear una marca colectiva vinculada a este territorio.

"Se trata de un distintivo que nos ayudará a diferenciarnos. Hay algunas marcas que traen productos de fuera, siendo una competencia desleal, sobre todo por el precio", manifestó el presidente de Apiten.

"Esperamos que esta protección nos ayude a consolidarnos dentro del sector alimenticio en Canarias, apostando por materias primas de primera calidad", expuso el vicepresidente de la Asociación de Productores de Gofio de Canarias.

Según manifestó Ramos a EL DÍA, el sector de la miel en Tenerife "goza de buena salud", principalmente por la unidad existente entre los apicultores de la Isla.

Las mieles producidas en Tenerife resultan singulares por la aportación de la flora endémica, dando lugar a unas variedades con peculiares rasgos organolépticos. Un ejemplo es la miel de Retama del Teide, producida a partir del néctar de esta especie que está presente en el Parque Nacional de Las Cañadas de El Teide. También son apreciadas las mieles elaboradas a partir del tajinaste o la tabaiba. Además, las Islas cuentan con una subespecie exclusiva, la abeja negra Canaria.

"La miel de Tenerife ya disfruta de prestigio en los mercados local, nacional e internacional, pero este sello le da valor añadido", enfatizó.