El principal indicador de la Bolsa española, el IBEX 35, sucumbía a media sesión a la presión vendedora y, pese la inyección de optimismo que suponía la buena acogida de la emisión de deuda celebrada hoy por el Tesoro, perdía los 7.000 puntos lastrada por Repsol y el resto de grandes valores.

A las 13.45 horas, el selectivo español perdía el 1,29 % y se situaba en 6.987 unidades, su mínimo anual y el nivel más bajo desde marzo de 2009, en tanto que el Índice General de la Bolsa de Madrid retrocedía el 1,29 %.

El resto de mercados europeos también sufría caídas a esta hora, del 0,70 % en Fráncfort, del 0,69 % en París y del 1,02 % en Milán, al tiempo que los futuros de los principales índices bursátiles estadounidenses anticipaban alzas en la apertura de Wall Street a la espera de los datos de las solicitudes de subsidio por desempleo de la semana pasada.

Los mercados europeos volvían a sucumbir al pánico pese a que tanto España como Francia lograban hoy buena acogida en sus respectivas emisiones de deuda, en ambos casos con ligeras subidas de la rentabilidad.

En España pesaba en particular la nacionalización en Argentina de YPF, participada por Repsol, que le costaba a la petrolera un recorte del 2,18 %.

Sacyr, que posee un 10,01 % de Repsol, sufría un fuerte descenso del 3,89 %, en tanto que los pesos pesados del mercado experimentaban caídas del 2,57 % para BBVA, del 2,06 para Santander, del 2,03 % para Endesa, del 2,14 % para Iberdrola y del 1,81 % para Telefónica.

Sólo Inditex esquivaba las caídas y se revalorizaba el 0,16 %, con lo que consolidaba su segunda posición como empresa más capitalizada del IBEX sólo por detrás de Telefónica y por delante del Santander.