La recogida de beneficios, el retroceso del sector energético y la bajada de la banca arrastraron ayer la bolsa española a su mayor caída del año, un 3,99%, que la dejó en el mínimo del ejercicio (7.079 puntos).

En Europa, la bolsa de Milán bajó un 2,18%; el índice Euro Stoxx 50, un 1,66%; París, un 1,59%; Fráncfort, un 1,01%, y Londres un 0,38%.

Sacyr lideró los recortes en el selectivo español Íbex 35 al desplomarse un 10,36%, arrastrada por la nacionalización de YPF, filial de su participada Repsol, que cayó un 6,21%. El mercado castigó también a ACS, que cedió un 6,06% tras vender el 3,69% de Iberdrola con una pérdida de 540 millones. Precisamente Iberdrola (-7,87%) se erigió como el segundo valor que más perdió.

La penalización de los inversores a esta operación se sumó a las dudas sobre la fortaleza de la banca española. Después de que el Banco de España asumiera el martes que el saneamiento del ladrillo llevará a algunas entidades a "números rojos", la sesión arrancó con un nuevo récord de la morosidad del sistema, por encima del 8%.

En este contexto, Santander se desplomó un 4,03% y BBVA un 3,07%. Bankinter se anotó la tercera mayor caída del selectivo, del 6,84%. Otro de los grandes del Íbex, Telefónica, se desplomó un 4,15%. Sólo Grifols (+0,55%) salvó el rojo.

En el mercado de deuda pública, la prima de riesgo descendió ligeramente, a 412 puntos básicos, aunque con la rentabilidad del bono a diez años peligrosamente estabilizada en el 5,83%.