El 1 de Mayo se celebró hoy en Italia bajo la sombra de la crisis económica que afecta al país, con manifestaciones de los sindicatos en todas las grandes ciudades, en las que pidieron al Gobierno que cambie de política, que bajen los impuestos y se tomen medidas para reactivar el crecimiento.

La manifestación unitaria de las tres grandes centrales sindicales -CGIL, CISL y UIL- se celebró en Rieti, a un centenar de kilómetros al norte de Roma, considerada una de las ciudades símbolos de la crisis económica, donde la tasa de paro supera el 30 por ciento, frente a la media del 9,3 por ciento nacional y han desaparecido numerosas industrias.

"Pedimos al Gobierno (de Mario Monti) que cambie su política de rigor y recesión con una de crecimiento. La primera petición que le hacemos es que baje los impuestos sobre el trabajo y reactive el crecimiento", dijo Susanna Camusso, líder de la CGIL, el primer sindicato italiano, durante su intervención.

Raffaele Bonanni, líder de la central CISL, pidió al Ejecutivo que recorte "inmediatamente" las tasas sobre los trabajadores y los pensionista, así como las que gravan la gasolina, exigió que se den créditos a quien invierte y aseguró que ningún gobierno en el mundo "carga de tasas a los trabajadores para relanzar la economía".

El líder de la UIL, Luigi Angeletti, insistió en que "ha llegado la hora" de cambiar de políticas para salir de la crisis y dijo que no excluyen nuevas huelgas para presionar al Gobierno.

El Jefe del Estado, Giorgio Napolitano, también se refirió a la crisis económica durante la tradicional ceremonia de entrega de las "Estrellas al mérito del trabajo", en la que dijo que el país vive "tiempos duros" desde hace tres años y que es necesaria la responsabilidad y la solidaridad social.

Napolitano subrayó que Italia están en recesión, "sin haber recuperado el terreno perdido en la crisis global de 2008-2009", y denunció que ha aumentado la "pobreza absoluta", sobre todo en el sur, y que la producción industrial ha descendido desde mediados de 2011 hasta ahora.

"El imperativo en Italia y en Europa es crecer, volver al crecimiento y de abrir nuevas expectativas de ocupación, sobre todo entre los jóvenes", afirmó Napolitano, de casi 87 años.

El mandatario afirmó que no hay alternativa a la lucha "decidida y sistemática" contra la deuda estatal acumulada, que supera el 120 por ciento del PIB.

La ministra de Trabajo, Elsa Fornero, que asistió al acto, dijo que esta jornada "no es un bonito 1 de Mayo" por la falta de trabajo, especialmente, para miles de jóvenes y dijo que es necesario seguir tomando medidas para salir de la crisis.

Fornero defendió la reforma del trabajo aprobada por su Gobierno y que tramita actualmente el Parlamento, señalando que el objetivo es favorecer un mercado de trabajo "dinámico".

En esta jornada algunos líderes políticos, como el secretario general del Partido Demócrata (PD), Pierluigi Bersani, y el alcalde de Turín, Piero Fassino, también del PD, fueron increpados por sindicalistas y jóvenes cuando participaban en actos del Primero de Mayo, a los gritos de "trabajo, trabajo, tener vergüenza".

Este Primero de Mayo concluirá en la tarde-noche con el tradicional gran concierto de música moderna organizado por los sindicatos en la plaza de San Juan de Letrán, de Roma, al que se esperan asistan cientos de miles de personas.

El concierto se celebra bajo el lema "No renunciamos, no nos resignamos" y en el mismo intervendrán famosos cantantes y grupos italianos como Elisa, Subsonica, Almanegretta, Caparezza, Eugenio Finardi, Marina Rei, entre otros.