El primer ministro británico, David Cameron, afirmó hoy que su Gobierno hará todo lo posible por reducir las largas esperas de los pasajeros en los controles de inmigración del aeropuerto londinense de Heathrow sin "socavar la seguridad", cuando faltan tres meses para el comienzo de las Olimpiadas.

En las últimas semanas, los viajeros que pasan por ese aeropuerto londinense afrontan larguísimas esperas, de más de 90 minutos, para pasar el control de pasaportes, un problema que preocupa sobremanera dada la proximidad de los Juegos Olímpicos, que se inauguran el 27 de julio en la capital británica.

Tras reunirse esta mañana con la ministra de Interior, Theresa May, Cameron reconoció que el tiempo que lleva actualmente a los pasajeros completar ese trámite fronterizo supone "una espera demasiado larga", según informó un portavoz del primer ministro.

La misma fuente indicó que el líder "tory" tildó de "inaceptables" las filas de viajeros que se forman en Heathrow y aseguró que "trabajan" ya desde el Ejecutivo para solucionar este problema.

"Nuestro objetivo es hacer todo lo posible por reducir esas esperas pero no hacer cualquier cosa que socave la seguridad fronteriza", aseguró.

Con relación a las críticas dirigidas contra el dirigente conservador por haber recortado el número del personal de fronteras, Cameron consideró que reducir el problema a ese planteamiento es un argumento "demasiado simplista".

En una visita realizada hoy al citado aeropuerto, el secretario de Estado de Inmigración, Damian Green, afirmó hoy que reforzado con 80 empleados esos controles más para poder reducir el tiempo de espera.

Green reconoció en declaraciones a la BBC la existencia de "un problema", pero aseguró que se están adoptando las medidas necesarias, como la creación de una sala de control central para movilizar a personal fronterizo en terminales donde se acumulen los pasajeros.

También indicó que a partir de este mes habrá un nuevo sistema para asegurar que los controles de fronteras se gestionan adecuadamente durante los Juegos.

En una comparecencia ayer, lunes, ante el Parlamento, Green culpó de las esperas a las duras condiciones meteorológicas el pasado fin de semana y señaló que los ciudadanos no comunitarios no tuvieron que esperar más de 90 minutos.

Por su parte, Willie Walsh, consejero delegado de IAG (empresa resultado de la fusión de British Airways e Iberia), afirmó hoy a la emisora británica BBC Radio 4 que se necesitan "medidas urgentes" para solventar lo que calificó de "crisis continuada".

Según él, un análisis detallado de la situación en Heathrow realizado con cámaras de vídeo del gestor del aeropuerto BAA, mostró cómo algunos pasajeros tuvieron que esperar dos horas y 31 minutos el pasado viernes para pasar el control de pasaporte.

"Cualquiera que haya ido últimamente a un aeropuerto ha experimentado los inaceptables estándares del personal de inmigración", lamentó Walsh, que acusó al Gobierno británico de haber tratado de "confundir" a los ciudadanos.