El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, no descartó ayer la creación de sociedades intermedias para aislar activos inmobiliarios, pero recalcó que la decisión dependerá de la banca.

"No lo descarto, dependerá de los planteamientos que hagan las entidades", respondió el ministro preguntado sobre esta cuestión.

De Guindos, quien participó en la reunión de los ministros europeos de Economía y Finanzas (Ecofin), no quiso concretar los planes del Gobierno ni aclarar si se creará una entidad pública o se darán ayudas a la banca.

"Si la valoración es la correcta, son operaciones de mercado", se limitó a decir el ministro.

"El elemento fundamental es la valoración", subrayó, y explicó que el decreto aprobado el pasado febrero por el Ejecutivo pide incrementar la reducción de las valoraciones que tienen los bancos con respecto a los activos dudosos, fundamentalmente activos inmobiliarios valorados en 170.000 millones, antes de finales de año.

Asimismo, precisó que esa reducción tiene que llevarse a cabo este año y que implica que los bancos españoles tienen que aprovisionar entre 53.000 y 54.000 millones de euros, lo que constituye un esfuerzo muy importante.

Luis De Guindos aclaró que la idea es que las aminoraciones permitan pasar a las valoraciones de mercado, lo que facilitará el proceso de venta de esos activos.

Recordó que esa reducción de valoraciones afecta al 80% para el suelo, al 65% para las promociones en curso y al 35% para la vivienda terminada. Hay entidades que ya la han llevado a cabo.

Respecto al Ecofin, los países de la Unión Europea se mantuvieron divididos sobre algunos elementos claves de la nueva norma para los requisitos de capital para la banca, sobre todo en el grado de flexibilidad que deben tener las capitales para endurecer las exigencias.

Al respecto, De Guindos aseguró que el sistema bancario español cumple los requisitos de calidad más exigentes del acuerdo internacional sobre solvencia bancaria Basilea III que se discutieron.

Explicó que las entidades españolas son de las que menos apalancadas están en Europa, lo que garantiza su solvencia y su capacidad para hacer frente a la crisis.