Rodrigo Rato presentó ayer su dimisión al frente de Bankia y de su matriz, Banco Financiero y de Ahorro (BFA), de manera inesperada, por considerar que "es lo más conveniente para esta entidad", y propone como su sustituto a José Ignacio Goirigolzarri, según afirmó ayer en una nota.

Inicialmente propone al ex consejero delegado del BBVA como consejero de BFA y Bankia, para que posteriormente sea nombrado presidente ejecutivo de las entidades. En opinión de Rato, Goirigolzarri es "la persona más adecuada para liderar este proyecto en estos momentos".

La sorpresiva salida de Rato, que hasta ahora había defendido la viabilidad en solitario de Bankia, se produce en un momento complicado para la entidad debido a las dudas que ha generado su alta exposición al sector inmobiliario, su morosidad y tamaño, uno de los más grandes en España.

Precisamente ayer se supo que el Ministerio de Economía y el Banco de España está trabajando en un plan de saneamiento para la entidad que podría implicar ayudas públicas y una remodelación mayor de la cúpula directiva.

En un principio se especulaba con la salida del consejero delegado, Francisco Verdú, aunque finalmente ha sido el exministro de Economía y el ex director gerente del FMI el primero en abandonar la entidad.

Estos cambios irían en línea con lo planteado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que la semana pasada emitió un informe en el que pedía a la entidad, sin nombrarla, medidas de mejor gestión y gobierno corporativo.

El FMI también pedía a la banca, y en especial a BFA-Bankia, que tome "medidas rápidas y decisivas para fortalecer su balance", dado que la entidad es la que acumula una mayor exposición al sector inmobiliario, unos 37.500 millones de euros.

En este sentido, el plan podría incluir también la concesión de ayudas públicas, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), para poder acelerar el saneamiento de los activos tóxicos. El FROB podría inyectar nuevos fondos en Bankia a través de un préstamo, en una cifra que podría oscilar entre 5.000 y 10.000 millones, según publicaron ayer varios medios.

Rato llegó a la presidencia de Caja Madrid en enero de 2010 y pocos meses después anunció la fusión con Bancaja, la Caja de Canarias, Caixa Laietana y las cajas de Ávila, La Rioja y Segovia, para crear el primer grupo por volumen de negocio en España.

Nacía así el Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y su filial Bankia, creada con el fin de colocar en bolsa los activos más atractivos del grupo. Rato recordó que Bankia afrontó una de las coyunturas más críticas que jamás haya sacudido al sistema financiero español, aunque en sólo cinco meses la entidad logró debutar en Bolsa.

Las acciones de Bankia cayeron ayer un 2,85%, en una jornada en la que el principal indicador del mercado español, el Íbex 35, subió 187,20 puntos, el 2,72%.