Unos 5.000 operarios ultiman los casi seis años de obras del futuro aeropuerto internacional de Berlín-Brandeburgo a falta de pocas días de su inauguración oficial el próximo día 24 y su entrada en funcionamiento el 3 de junio.

Con el nuevo aeropuerto de Berlín concluirá la centralización, a 18 kilómetros al suroeste del corazón de la capital, del tráfico aéreo berlinés tras la reunificación del país, que comenzó con la clausura del aeródromo de Tempelhof el 30 de octubre de 2008.

El cierre del aeródromo de Tegel y la reconversión del de Schönefeld en terminal VIP el 3 de junio tras 42 y 66 años de servicio, respectivamente, coincidirá con la entrada en funcionamiento del nuevo aeropuerto.

"Con la inauguración del aeropuerto de Berlín-Brandeburgo comienza una nueva era para la región capitalina", afirmó su director, Rainer Schwarz.

El nuevo aeródromo, situado al sur del de Schönefeld, llevará el nombre del Premio Nobel de la Paz Willy Brandt, alcalde socialdemócrata de Berlín entre 1957 y 1966 y canciller federal entre 1969 y 1974.

"La política de Brandt marcó durante décadas la imagen de la república federal, su manera de obrar se convirtió en símbolo de la paz y la libertad en Europa. Y ahora, su nombre en el aeropuerto -y eso nos congratula enormemente- da la bienvenida al mundo desde Berlín", señaló el alcalde-gobernador berlinés, Klaus Wowereit.

El aeropuerto internacional -con el código IATA de tres letras BER- tendrá una capacidad inicial de hasta 27 millones de pasajeros en 2012, que puede ser ampliada para recibir hasta 45 millones.

Un total de 75 aerolíneas operarán desde Berlín -ciudad que llegó a tener cuatro aeropuertos en tiempos de la Alemania dividida-, con una oferta de 173 destinos en 50 países.

Las nuevas instalaciones aprovecharán la pista sur de despegue y aterrizaje de Schönefeld, que ahora quedará situada al norte del nuevo aeropuerto, a la que se sumará otra pista en el sur.

El nuevo aeródromo tendrá una superficie de 1.470 hectáreas, lo que corresponde a unos 2.000 campos de fútbol.

La terminal, de seis plantas y una fachada acristalada de 33.000 metros cuadrados, combina arquitectura moderna y tradición regional, con formas geométricas y elementos arquitectónicos extraídos de la escuela de Karl Friedrich Schinkel y la Bauhaus.

El aeropuerto contará con una estación de trenes debajo de la terminal y unas 10.000 plazas de aparcamiento, además de alrededor de 150 tiendas, restaurantes y servicios en una superficie de más de 20.000 metros cuadrados y con cerca de 1.500 empleados.

El área próxima al recinto aeroportuario quedará completada, además, con un hotel de cuatro estrellas con zona de oficinas y lugar de conferencias y un centro de negocios.

Desde noviembre del año pasado se realizan pruebas en el futuro aeropuerto internacional con la participación de unas 15.000 personas del personal de trafico en tierra, seguridad, las aerolíneas y el propio aeródromo.

A ellos se suman desde febrero alrededor de 10.000 voluntarios que en 30 días salteados hasta antes de la inauguración están poniendo a prueba el funcionamiento de los servicios básicos del aeródromo en calidad de "pasajeros".

El traslado de Tegel y Schönefeld al nuevo aeropuerto comenzó en abril, pero el gran desafío logístico se producirá en la noche del 2 al 3 de junio.

Esa noche, una caravana de camiones deberá realizar unos 600 viajes para transportar hasta el Willy Brandt los últimos sistemas, con el fin de que el tráfico aéreo pueda reanudarse de madrugada.

Para ello, la autopista que une Tegel con el nuevo aeródromo quedará cortada durante varias horas en una dirección.

La semana antes tendrá lugar la inauguración oficial de nuevo aeropuerto, con la presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, el alcalde-gobernador Wowereit y el primer ministro del estado federado de Brandeburgo, Matthias Platzeck.